Supieron que cuento estaba contado, al momento de comenzar.
Es que todo cuento se repite en esta humanidad; es que las cosas giran en su mismo eje y vuelven a ser lo que fueron.
El ser humano no madura desde hace tiempo largo; el ser humano sigue siendo un niño; y como niño aniñado, no desea madurar.
El cambio sucederá y será; el cambio sucede y es.
Quien puede verlo, es porque está consciente; y si ese es su estadío es porque está despierto.
Ha dejado de ser un niño, para madurar, para responsabilizarse; para elegir con consciencia y con deseo, con amor y igualdad.
Es momento en que la humanidad -el ser humano y sus hermanos- madure a un nuevo plano de consciencia, de valores y de acciones.
Es el momento de una nueva dimensión; ya no está siendo posible continuar viviendo entre estas tres dimensiones de, pasado, futuro y tiempo. Aquí no está el presente, porque estamos nosotros ausentes; estamos corriendo entre el ayer y el mañana, mirando el reloj.
Es momento de comenzar a soltar las posesiones materiales; ya que nada nos pertenece realmente. Es que, verdaderamente, ni nosotros mismos nos pertenecemos, somos viajeros en esta experiencia llamada vida, utilizando un cuerpo el cual va a ser devuelto al universo.
Es momento para hacer, decir y sentir la verdad. Es momento de abrir los ojos, para comenzar a ver -y dejar de mirar-. Es momento de abrir los oídos, y comenzar a oír -y dejar de escuchar-.
Es momento de hacerse responsable de la propia vida, de las propias elecciones y las propias decisiones.
Es momento de soltar lo que no nos pertenece; ni lo que nos dijeron que nos pertenecía.
Es momento, y no es para hacerlo YA. Es momento, significa que cada uno, cada cual, va a tener que elegir.
Elegir por presencia o por omisión, porque hacerse el que uno no elije, es elegir también.
Dejar de mentirse; aceptar la verdad, que esta duela y sirva para encontrar el amor.
Es momento de sentir nuestro corazón, con su amor y su dolor. Habitarse y saberse sentir.
Es momento... el mío ya comenzó.
Es que todo cuento se repite en esta humanidad; es que las cosas giran en su mismo eje y vuelven a ser lo que fueron.
El ser humano no madura desde hace tiempo largo; el ser humano sigue siendo un niño; y como niño aniñado, no desea madurar.
El cambio sucederá y será; el cambio sucede y es.
Quien puede verlo, es porque está consciente; y si ese es su estadío es porque está despierto.
Ha dejado de ser un niño, para madurar, para responsabilizarse; para elegir con consciencia y con deseo, con amor y igualdad.
Es momento en que la humanidad -el ser humano y sus hermanos- madure a un nuevo plano de consciencia, de valores y de acciones.
Es el momento de una nueva dimensión; ya no está siendo posible continuar viviendo entre estas tres dimensiones de, pasado, futuro y tiempo. Aquí no está el presente, porque estamos nosotros ausentes; estamos corriendo entre el ayer y el mañana, mirando el reloj.
Es momento de comenzar a soltar las posesiones materiales; ya que nada nos pertenece realmente. Es que, verdaderamente, ni nosotros mismos nos pertenecemos, somos viajeros en esta experiencia llamada vida, utilizando un cuerpo el cual va a ser devuelto al universo.
Es momento para hacer, decir y sentir la verdad. Es momento de abrir los ojos, para comenzar a ver -y dejar de mirar-. Es momento de abrir los oídos, y comenzar a oír -y dejar de escuchar-.
Es momento de hacerse responsable de la propia vida, de las propias elecciones y las propias decisiones.
Es momento de soltar lo que no nos pertenece; ni lo que nos dijeron que nos pertenecía.
Es momento, y no es para hacerlo YA. Es momento, significa que cada uno, cada cual, va a tener que elegir.
Elegir por presencia o por omisión, porque hacerse el que uno no elije, es elegir también.
Dejar de mentirse; aceptar la verdad, que esta duela y sirva para encontrar el amor.
Es momento de sentir nuestro corazón, con su amor y su dolor. Habitarse y saberse sentir.
Es momento... el mío ya comenzó.
- Por fecha 18/01/2016 -
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