Quien elija la montaña, no gozara del mar. Quien disfrute de la suave y bella playa, perderá lo que es la reunión total con la naturaleza en un bosque. Por eso digo que elijas, pero con sabiduría y coherencia. Las decisiones no se deben de tomar con el dolor, la pena o el renco como consejero, en tu oído. Recuerda que cada mala elección tomada, conlleva su penar. Elije, desde ti. Que si es una elección equivocada sea para tu aprendizaje y no por tu ego dolido. - Por fecha 07/08/2012 - Matías Hugo Figliola