Priorizando las obligaciones, relego los deseos. Es que los deseos no son prioridades, son estados para hacer carne y vivir consciente de ellos. Las obligaciones están vinculadas con las necesidades, con las posesiones, con el prestigio y el renombre. La necesidad es algo a resolver y luego poder elegir mejor. La posesión es algo irreal, ya que no poseemos nada; ya que todo es prestado. El prestigio es algo que le damos al afuera para que nos valore. El renombre es una locura. Desde el concepto social es volver a darnos un nombre, y lo que hacemos es clavarnos una chapa que dice lo que la sociedad dice que somos. Estamos corriendo por obligaciones y perdemos la pasión; que es aquello que nos gratifica y llena de ganas-energía a todo nuestro cuerpo. Estamos obligados a seguir determinadas zanahorias y no vemos que estas ya están podridas hace varias generaciones. Estamos ciegos porque hemos dado nuestra posibilidad de ver y así es que vemos todo lo que dicen que debemos ver. E