Ofrecí una caja vacía, la tomaste pensando que había algo dentro de ella. Me devolviste la caja vacía, con una mueca de ironía, pidiendo que ponga algo en ella. Tu sorpresa fue inevitable al escuchar mi respuesta Mi respuesta fue honesta, clara y directa; y en ella yo declaraba lo siguiente: "Es que allí te entrego la totalidad de las cosas. Si sientes bien allí esta mi perfume. Si pasas suavemente tus labios sentirás allí mis besos. Si pones tu oído lo suficientemente cerca escucharas el latir de mi corazón. No te entrego un anillo que aprisiona tu dedo. Te entrego mi amor y con el mi eterna confirmación de mi deseo por ti." Lagrimas brotaron de sus ojos, ella no pudo controlarlas. Ágil como siempre había sido, toma la caja y la abre. Las dos lagrimas que recorrieron las mejillas y comisura de su amada se depositaron dentro de la caja, supuestamente vacía. Alimenta mi amor con tu amor. Estas lágrimas son la confirmación de ello. A lo que ella le c