Viajar permite conocer. Conocer es conocernos conociendo lo que conocemos. El juego de palabras tan solo hace ver que todo comienza y termina en uno; que no hay otro fin ni comienzo. Pueden haber cientos y miles de caminos, cientas y miles de ideas. Pueden haber miles de modos diversos de hacer y decir. Todos ellos nacen desde uno y regresan a uno. Es la ilusión de que lo que sentimos, al decirlo deja de estar en nosotros ni pertenecernos; ilusión de que lo que hacemos deja de ser nuestro acto luego de haberlo hecho. Hemos aceptado este modismo, el cual nos permite estar más cómodos/as; desde donde nos desligamos de la responsabilidad propia. Es la justificación del nuevo humano. Es la justificación para mantenerse impune de sus actos, de sus frases, de su reacción y de su atacar y defender. Deberemos volver a las raíces, en las uno era lo que decía, sentía, pensaba y hacia. No había división entre su decir y su hacer. La responsabilidad amorosa del bien hacer. Sa