Cuenta la historia que una tarde de otoño un mago iba caminando por la ruta que se usaba para conectar un pueblo con el otro. Cuando estaba por llegar al pueblo, lo que le llamo la atención fue la quietud que había en sus derredores. Y el silencio estaba mas presente en la ciudad. El silencio mostraba que no había ninguna persona en el pueblo; este estaba deshabitado. El mago miro con calma la situación y prosiguió a tomar una manzana y a dejar la plata que esta costaba. Prestando atención pudo escuchar un murmullo lejano. Fue acercándose y este murmullo fue cambiando a voces de sorpresa y algún que otro grito y llanto. Al llegar al lugar donde estaban todas las personas del pueblo, desde el niño que estaba en brazos de su mama hasta el anciano más anciano del pueblo. El mago ve al pueblo y también los ve mirando, focalizados, a una bruja que se sustentaba en el aire. El mago pudo ver la situación real; pudo, también ver las cosas sin prejuicios ni asumiendo nada. Acciono des