Me preguntó como estaba; y fue allí que tuve la posibilidad de descargar mis penurias y cargas. De colmar el oído de un otro, sacando a relucir mi desdicha y dolor. Le comenté sobre mi infelicidad, sobre mis complicaciones, sobre mis mal de amores, sobre mis deudas y sobre mi complicación por pagar las cosas que me compre. Mi charla -monólogo- duró un largo tiempo, para luego culminarla con un suspiro y una pregunta más que nada competitiva: "¿y vos como estás?." Él se tomó un tiempo en procesar todo lo que le dije, todo lo que puse sobre la mesa e intenté que él agarre y absorba. Parece que no logré mi cometido, porque su respuesta fue: "Yo ando bien; estoy consciente cada vez más tiempo en mi día. Y eso conlleva la responsabilidad de tomar buenas decisiones; buenas decisiones es decir lo mejor para mi siendo responsable de mi y mis actos. Estoy en un proceso de cambio, dentro de un proceso de cambio, dentro de otro proceso de cambio. Es como el planteo de un viaje