Supuso que tenía tiempo y se dedicó a mirar la televisión y escuchar música. Comió y durmió siestas que se unían con el "ir a dormir" de la noche. Así transito sus días; sus pocos días; sus efímeros días. Suponiendo cosas, relegando cosas. Dejando para otro el saber, permitiéndose aceptar que lo que le acercaban era la verdad. Supuso hasta el momento en que su muerte llegó, y supuso hasta como iba a ser su fin. Supuso que todo estaba digitado por la vida, como también supuso que el destino ya estaba pre-establecido. Supuso tanto y no supo nada. Se mantuvo en el anonimato del saber, del vivir, del ser. Suponiendo que lo que se le decía era lo correcto. Esta vida transcurrió y de ella él se desprendió aún antes de haber partido. Él entregó su vida a los supuestos, prefiriendo delegar que encarnar; prefiriendo responsabilizar que responsabilidad. Se terminó, todo se terminó. Y de que sirvió vivir una vida, que no fue vida ni fue vivida... Se terminó y el ni cuenta se