Busco la forma de seguír en contacto con aquella persona. Busco forma de viajar y de entablar una realidad. Busco ideas e ilusiones. Busco mentiras y contradicciones. Busco necesidades y carencias. Busco cuanto pudo para no ver su dolor. Busco cuanto pudo para no aceptar su perdida; para no aceptar su duelo. Lo que estuvo no estaba. Lo que esta no es lo que hubo en un entonces ni tampoco es la ilusión que él se creo. Lo que está en este momento es el dolor y el duelo esperandolo a que el despierte de su miedo y su perdida. Y él, un día o noche, despertó. El dolor lo afligió. El duelo lo visitó y se instaló en su vida. Ambos tres conversaron largamente, educadamente y amorosamente. La charla duro días, tardes, noches y tantos días como fuesen necesarios. El dolor le explicó que no era malo sentirlo, que era algo natural y sano. Que si el estaba de visita no era para perjudicarlo ni lastimarlo, era para que pueda vivenciar lo que paso y pueda, en ese mismo proceso, soltar y s