Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de abril 14, 2014

El anciano y el joven

Siempre sonreía. Siempre se lo veía contento. Había perdido hace un tiempo largo a una mula que lo ayudaba cargando las cosas desde el pueblo hasta su cabaña; y nunca pudo reemplazarla por otra mula u otro animal. Sus pies estaban lastimados ya que desde hace unos meses estaba caminando descalzo; sus calzados se habían ido rompiendo y gastando uno tras otro. El pelo ya no bailaba en su cabeza al sonido del viejo, al ritmo de la libertad; se había ido yendo de a poco, como las hojas en otoño. Su casa era pequeña, no tenía mas que dos habitaciones, donde había vivido con su pareja por tantos largos años pero que hace tan solo una semana se había ido, había pasado a otro plano. El hombre, este hombre adulto de arrugas visibles, manos marcadas y cuerpo cansado, seguía sonriendo. Todos en el pueblo y los vecinos de la montaña lo veían sonriendo. Era algo que no comprendían, como podía estar sonriendo. Algunos dijeron que estaba feliz porque negaba su realidad; otros dijeron que estab