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Mostrando las entradas de junio 24, 2013

El viento del norte

Soplaba el viento del norte, como siempre lo había hecho. Soplaba como todos los años lo hace. Soplaba tan solo dos días y luego se escondía. La gente se escondía cuando el soplaba, es decir que ellos soplaban trescientos sesenta y tres días al año y luego se escondían. Entre el viento y la gente había un desencuentro; entre el viento y la gente había desentendimiento. Tan solo unos locos, o pocos, se quedaban esos dos días en el que el viento soplaba todo lo que la gente había soplado. Estas personas eran pocas y silenciosas, se los veían por las calles cualquier día del año, del mes, de la semana. Su andar era común, su andar era el de todos los ciudadanos. Eran uno más de los demás, entre el montón de gente que iba y venía. Eran uno más entre todos los que vivían. Pero todo cambiaba cuando el viento soplaba. Ellos gratamente iban y se sentaban. Elegían una colina, un monte o una azotea; elegían un lugar para recibir el viento de lleno. Siempre fueron mirados como raros,
Pasadizos de Cusco - Por fecha 05/04/2013 -  Matías Hugo Figliola