Caricias de una mano sin tacto. Besos de una boca sin labios. Miradas de unos ojos sin brillo. Palabras con sonidos y sin comunicación. Oídos con pendientes pero sin escucha. Abrazos sin cuerpos, carentes de almas. Contención, hermandad y amor olvidados; olvidados por razones del dolor, del miedo y de la confusión. Negación, carencia y control. Poder para controlar y plata para hacer nuestro corazón latir. Raza confusa la de los humanos sin ser; raza real la del ser en condición humana. Crece un niño sin amor. Hace un grande sin pasión. Corremos tan solo para morir, y creemos que vivimos en ese transitar. Hemos llegado lejos y tan cerca nos hemos olvidado de ir. Hasta dónde llegará esta vorágine de matanza y deslealtad. Hasta dónde es que llegaremos ausentes de nuestra propia realidad. Tenemos tanto por recibir, tenemos tanto por dar. Somos una realidad, no un juego de fantasías. La cabeza nos anula para que sintamos. El miedo nos inyecta veneno. Creemos que somos mu