Escuchando algo, y me frene.
Ubique el sonido y fui por él.
Escuchaba y me
acercaba al sonido
“Cuando cambiará esta situación; cuando es que al levantarme, al abrir
mis ojos, esta realidad dejara de ser asi como es y será como yo estoy haciendo
que sea.
No pertenezco ni merezco esta situación, ni este estar, ni este estado;
ni menos merezco estar agotado de estar en una realidad que no es la mia.
Es que no puede todo cambiar, cambiar realmente. No cambiar en mi idea o
imaginación. La imaginación solo nutre el autismo y la irrealidad.
Yo no compro de eso ni consumo de eso. Yo no soy lo que esta realidad que
el otro me tira en la cara.
Yo he pensado que todo cambiaria un dia al levantarme.
Ya han pasado varios años de ello y sigo percibiendo que la realidad del
global de la gente, llamada sociedad, demarca
mi realidad.
Yo perdi todo, hasta perdi mi realidad porque no concuerda en la
realidad del otro ni de muchos otros.
¿Quien puede aseverar que yo estoy alienado?
¿Quién se atreve a decirme que el/ella no lo esta?
¿Quién puede sentenciar bajo un dedo y una pluma, que soy yo?,
¿Por qué es que he dejado de ser un ser humano para ser tan parecido a
una caja de embalar, movida de aquí para alla sin interés ni preocupación; ni
siquiera cariño?
¿Cuándo ha pasado todo esto?”
...
Eso fue lo que un dia escuche y vi, al mirar a través de una ventana.
Viendo a un hombre, en una cama, atado; bien sujeto a ella.
Como si fuese un
loco, en un loquero
Matías Hugo Figliola
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