Dijo un sabio en un momento de su vida que se debe vivir con dignidad y morir con dignidad. Que no se escuchen ni se vean cosas que sean diferentes a la moral de uno.
Y con ello también enseño que se debe hacer lo que se dice y se debe sentir lo que se piensa, ese es el camino del Tao.
Esto es lo que dijo, para mis oidos. Es lo que yo asimile de él y de la experiencia vivida.
Es trabajo diario el saber ser junco; poder estar dentro de la naturaleza, y la no tan naturaleza -la sociedad-, sin romperse ante sus inclemencias y cambios.
Es sabiduría poder ser junco en lo difícil y es conciencia también serlo en lo fácil; cuando la posibilidad de hacer errado, es decir de forma practica y sin estar presente.
No puedo considerarme sabio, ya que mucho me falta saber; si puedo considerarme aprendiz de todo maestro; y llamo maestro a todo aquel que quite un velo de mis ojos para poder comprender mejor a la vida. Es por ello que no veo en división, no hay buenos o malos; solo hay maestros.
Y solo hay maestros cuando yo me considero aprendiz.
Constancia de conciencia de ese estado, aprendiz siempre se debe ser.
Maestro solo cuando un aprendiz, por su propia voluntad, aprende de uno; sin uno tener cargo de maestro.
Así que este es mi concebir. Ser siempre aprendiz.
Aprendiz, mi vivir.
Matías Hugo Figliola
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