Camino por la ciudad; esta ciudad que no le importa si camino, corro o vuelo.
A mi si me importa saber si camino, corro o vuelo; para saber que estoy haciendo y a donde estoy yendo.
Poder saber lo que hago, me hace bien.
Y entre pasos y pasos, voy absorto en mis ideas; debatiendo de ellas, conmigo mismo. Podrán decirme que estoy loco y yo solo les contestaré que si; y refutaría que tu estas loco de no poder tener una charla contigo mismo, de no escucharte ni prestarte atención.
Pero para que decir algo que el otro no quiere escuchar, para que sacar palabras de mi boca si puedo guardarlas para el arbol, que acepta con amor un adjetivo calificativo, un elogio o una simple contemplación acompañada de un suspiro suave, donde las palabras saben salir de modo silencioso.
Y yo sigo caminando, y ¿ya he llegado a donde quería?. ¿Y a donde quería llegar?; ¿me había propuesto llegar a algun lugar?, ¿o solo mi propuesta era caminar?.
Pues no me voy a ir al pasado a revisar lo que había decidido; decido ahora y hago en consecuencia ... al fin y al cabo es feriado, en una ciudad despoblada por gente que se ha ido a lugares turisticos, perdiendo de idea el turismo que se puede hacer en la vereda de su casa.
Me siento, cansado de caminar; es lo que he decidido.
Contemplar los animales, es lo mismo que caminar como ellos. Ver a los pajaros volando, es como si volara con ellos.
En mi imaginación soy todo lo que veo, y por ella extiendo mis alas y vuelvo a contraerlas.
En mi imaginación puedo caminar con seis patas y llevar cargas de varias veces mi peso.
En mi imaginación me comporto como un dios, que todo lo puede.
¿Solo en mi imaginación?
Volviendo a mi realidad, veo que te acercas y permito que te acerques. Con un simple movimiento de mi mano, comprendes la seña, te sientas.
A mi lado, a tu lado, absortos. Respiro y trago saliva.
Limpio mi garganta y en ti utilizo mis palabras; y te cuento lo que te acabo de contar. Y tu, sin comprenderme, me escuchas y disfrutas lo que digo -se te nota en tus ojos, que observan a la espera de mas-.
Ya te he contado una pequeña historia, ahora me voy. Es momento de que tu vivas una pequeña historia y la compartas con tu sucesor
A mi si me importa saber si camino, corro o vuelo; para saber que estoy haciendo y a donde estoy yendo.
Poder saber lo que hago, me hace bien.
Y entre pasos y pasos, voy absorto en mis ideas; debatiendo de ellas, conmigo mismo. Podrán decirme que estoy loco y yo solo les contestaré que si; y refutaría que tu estas loco de no poder tener una charla contigo mismo, de no escucharte ni prestarte atención.
Pero para que decir algo que el otro no quiere escuchar, para que sacar palabras de mi boca si puedo guardarlas para el arbol, que acepta con amor un adjetivo calificativo, un elogio o una simple contemplación acompañada de un suspiro suave, donde las palabras saben salir de modo silencioso.
Y yo sigo caminando, y ¿ya he llegado a donde quería?. ¿Y a donde quería llegar?; ¿me había propuesto llegar a algun lugar?, ¿o solo mi propuesta era caminar?.
Pues no me voy a ir al pasado a revisar lo que había decidido; decido ahora y hago en consecuencia ... al fin y al cabo es feriado, en una ciudad despoblada por gente que se ha ido a lugares turisticos, perdiendo de idea el turismo que se puede hacer en la vereda de su casa.
Me siento, cansado de caminar; es lo que he decidido.
Contemplar los animales, es lo mismo que caminar como ellos. Ver a los pajaros volando, es como si volara con ellos.
En mi imaginación soy todo lo que veo, y por ella extiendo mis alas y vuelvo a contraerlas.
En mi imaginación puedo caminar con seis patas y llevar cargas de varias veces mi peso.
En mi imaginación me comporto como un dios, que todo lo puede.
¿Solo en mi imaginación?
Volviendo a mi realidad, veo que te acercas y permito que te acerques. Con un simple movimiento de mi mano, comprendes la seña, te sientas.
A mi lado, a tu lado, absortos. Respiro y trago saliva.
Limpio mi garganta y en ti utilizo mis palabras; y te cuento lo que te acabo de contar. Y tu, sin comprenderme, me escuchas y disfrutas lo que digo -se te nota en tus ojos, que observan a la espera de mas-.
Ya te he contado una pequeña historia, ahora me voy. Es momento de que tu vivas una pequeña historia y la compartas con tu sucesor
Matías Hugo Figliola
Comentarios