Aprendió a cuidar monedas. Aprendió a acaparar joyas.
El se encontraba cuidando sus monedas; ella acaparando sus joyas. Así sus hijos crecieron cuidando y acaparando sus monedas y joyas.
Así fue como estos al crecer, cuidaron monedas y acapararon joyas. Y sus hijos, aprendieron lo mismo.
El tiempo fue pasando y con el descendencia tras descendencia iba pasando. Hijos que se transformaban en padres e hijas que crecían y eran madres.
Y la educación de este mundo fue cuidar sus monedas y acaparar sus joyas.
Así termino este mundo, no se sabe nada de él. Fue autoconsumido por la codicia y la envidia.
Algunos sabios estudiosos han dicho que el mismo planeta ha decidido poner fin a tan cruel existencia que acontecía sobre él.
Nunca se supo el nombre del planeta; y el planeta nunca quiso decir su nombre, su vergüenza se lo negaba.
El había creado sobre si mismo lagos, playas, mares, ríos, montañas, bosques, desiertos, selvas; había creado bellísimos animales, dándole una diversidad antes no concebida.
Todo esto fue consumido por los seres de ese planeta; consumido y transformado. Animales por dinero, montañas por joyas. Animales por joyas; bosques por dinero. Y tantos otros ejemplos.
El mundo desapareció y con el aquella raza, la cual lo estaba haciendo desaparecer a él.
Así fue como sucedió.
El se encontraba cuidando sus monedas; ella acaparando sus joyas. Así sus hijos crecieron cuidando y acaparando sus monedas y joyas.
Así fue como estos al crecer, cuidaron monedas y acapararon joyas. Y sus hijos, aprendieron lo mismo.
El tiempo fue pasando y con el descendencia tras descendencia iba pasando. Hijos que se transformaban en padres e hijas que crecían y eran madres.
Y la educación de este mundo fue cuidar sus monedas y acaparar sus joyas.
Así termino este mundo, no se sabe nada de él. Fue autoconsumido por la codicia y la envidia.
Algunos sabios estudiosos han dicho que el mismo planeta ha decidido poner fin a tan cruel existencia que acontecía sobre él.
Nunca se supo el nombre del planeta; y el planeta nunca quiso decir su nombre, su vergüenza se lo negaba.
El había creado sobre si mismo lagos, playas, mares, ríos, montañas, bosques, desiertos, selvas; había creado bellísimos animales, dándole una diversidad antes no concebida.
Todo esto fue consumido por los seres de ese planeta; consumido y transformado. Animales por dinero, montañas por joyas. Animales por joyas; bosques por dinero. Y tantos otros ejemplos.
El mundo desapareció y con el aquella raza, la cual lo estaba haciendo desaparecer a él.
Así fue como sucedió.
Matías Hugo Figliola
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