El cartel nombraba al lugar con el titulo de "Feria de filosofía"
Mi intriga siempre fue mi guía y por ello es que suspendí mis haceres y entre. Entre a ver que era lo que ofrecía aquella feria.
Me detuve en el primer stand y la persona que estaba detrás del mostrador, un hombre bien vestido con un traje, chaleco y corbata, me miro y me dijo:
"Dime cuanto posees y te diré quien eres"
Luego de ello se quedo callado, no comento mas nada.
Me desplace dos metros a la izquierda y estaba otro stand; en este se encontraba un hombre con una camisa y un jean, unas zapatillas y una cadena de oro en su cuello. Ese hombre me miro y dijo:
"Dime quien eres y te diré quien eres"
Habiendo comprendido que solo decían esas palabras y luego nada mas, continué mi andar.
En el próximo stand había un hombre con cara de recio, facciones duras tan duras como su postura.
Me miro y me dijo:
"Dime cuanto controlas y te diré quien eres"
En el siguiente local estaba un hombre con cara dolor y penuria; y me dijo:
"Dime cuanto te martirizas y te diré quien eres"
Prosiguiendo mi búsqueda, llegue hasta el proximo hombre el cual me dijo:
"Dime cuan importante eres y te diré quien eres".
En el siguiente stand había un hombre de ropas cómodas, sentado y cómodo... sereno. Al mirarme se pone de pie, se acerca esos pocos centímetros y me mira fijamente a los ojos... y dice:
"Pasa, siéntate. Cuéntame lo que has creado en tu vida y me mostraras quien eres" y luego de decir esto me señalo otra silla, junto a la de él.
Lo que se charlo quedara para otra anécdota; lo que si puedo decir es que este hombre, y su filosofía, solo fomentaba a que yo sepa quien soy. Siendo él solo el acompañante, de mi proceso, hasta mi despertar.
Mi intriga siempre fue mi guía y por ello es que suspendí mis haceres y entre. Entre a ver que era lo que ofrecía aquella feria.
Me detuve en el primer stand y la persona que estaba detrás del mostrador, un hombre bien vestido con un traje, chaleco y corbata, me miro y me dijo:
"Dime cuanto posees y te diré quien eres"
Luego de ello se quedo callado, no comento mas nada.
Me desplace dos metros a la izquierda y estaba otro stand; en este se encontraba un hombre con una camisa y un jean, unas zapatillas y una cadena de oro en su cuello. Ese hombre me miro y dijo:
"Dime quien eres y te diré quien eres"
Habiendo comprendido que solo decían esas palabras y luego nada mas, continué mi andar.
En el próximo stand había un hombre con cara de recio, facciones duras tan duras como su postura.
Me miro y me dijo:
"Dime cuanto controlas y te diré quien eres"
En el siguiente local estaba un hombre con cara dolor y penuria; y me dijo:
"Dime cuanto te martirizas y te diré quien eres"
Prosiguiendo mi búsqueda, llegue hasta el proximo hombre el cual me dijo:
"Dime cuan importante eres y te diré quien eres".
En el siguiente stand había un hombre de ropas cómodas, sentado y cómodo... sereno. Al mirarme se pone de pie, se acerca esos pocos centímetros y me mira fijamente a los ojos... y dice:
"Pasa, siéntate. Cuéntame lo que has creado en tu vida y me mostraras quien eres" y luego de decir esto me señalo otra silla, junto a la de él.
Lo que se charlo quedara para otra anécdota; lo que si puedo decir es que este hombre, y su filosofía, solo fomentaba a que yo sepa quien soy. Siendo él solo el acompañante, de mi proceso, hasta mi despertar.
Matías Hugo Figliola
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