Risas de fondo, sonrisas a la vista. Niños jugando en un parque.
Lagrimas, silencios y un sentir de perdida. Una mujer, sostenida por su propio amor, se encuentra parada al costado del ataúd de su amado, del representante del amor de su vida.
Aplausos, abrazos y alegría. Un joven se ha recibido en la facultad; dejo de ser alguien mas y paso, acumulando el cargo de ser humano, a ser un doctor.
Besos y abrazos, lagrimas y mucha contención; su niño ha nacido hace pocos segundos y sellan ese momento con la confirmación de amor de los padres y su primogénito.
Un autito, un niño sentado; silencio y solo se escucha un suave ruido de las ruedas del auto y de un "brrummm" que sale sutilmente -como dios creando- de la boca del niño.
Una lagrima deslizándose por la mejilla, haciendo referencia al amor que ha decidido dejarlo; como la lagrima, se aleja de uno mientras uno siente la marca que deja, hasta que finalmente deja de estar en contacto y se disuelve en el universo.
Tantos momentos como estos hay en la vida; los cuales resumen, remarcan y le dan un toque único al acontecimiento que esta sucediendo.
Tantos momentos que pasan en silencio, y son olvidados con pena, y nadie los mira siquiera.
Es por ello que digo, grito en mi adentro, VIVIR NO ES CONQUISTAR. VIVIR ES ENCARNAR LA VIDA, ES HACER CONSCIENTE CADA INSTANTE Y SABERLO ÚNICO, IRREEMPLAZABLE E IRREPETIBLE.
Todo momento tiene su gloria y su aprendizaje. Suelta, suelta... suéltate y vive feliz. Una vida de la cual no sabes que te deparara; de la cual ya no se podrá repetir lo que paso.
Una vida que te da, en este instante, el momento único de vivir y vivirla.
Amor. Paz. Solidaridad. Hermandad. Encarnación. Aceptación. Libertad.
Fraternidad
Matías Hugo Figliola
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