Estamos ubicados en un lugar que no es el nuestro. Estamos parados en un lugar que no es nuestro lugar.
Como seres en condición humana hemos perdido la referencia, hemos perdido la guía la brújula Hemos dejado de lado lo intangible para posicionarnos en lo tangible; priorizamos el control que el compartir.
Lo natural, dentro nuestro, esta siendo encarcelado por lo humano y lo egóico.
No nos comunicamos con nosotros mismos, con nuestra misma especie, y menos con especies diferentes a la nuestra.
Imponemos, no disfrutamos. Obligamos al otro, sea humano o de otra raza, a hacer lo que uno quiere. Estamos viéndonos como seres gobernantes del planeta tierra, y tan solo somos seres que habitamos, y cohabitamos con todos los seres, en este mundo.
Estamos ocupados corriendo por el poseer, por el controlar y subyugar. Corremos ciegamente, confiados que los ojos de los mandamientos y mandatos, que son los que nos guían, son los correctos.
Vivimos una vida que no es nuestra vida; estamos de paso en nuestra propia vida.
De a poco, viendo las reacciones, ideas y emociones que nos fueron impuestas serán veladas -iluminadas-. Con la constancia, el deseo y la consciencia de cada uno es como, la raza de seres humanos irá despertando.
Cada uno con lo suyo, todos con todos. La unidad en cada una de sus partes y el amor como guía creadora.
Cambia lo que no te representa, suelta lo que no te pertenece. Escúchate y respétate. Elígete y acciona. El esperar a que el otro haga algo es la mejor -y peor- escusa para que uno no haga nada. Haz tu mismo, se el ejemplo; se tu propio ejemplo y mantén la constancia entre ideas-pensamientos-sentimientos-acciones.
Se fiel a tu ser; y a su momento cada uno encontrará su senda. Respeta el tiempo que cada uno tiene en su aprender; acompaña en su aprender, sin hacerlo personal.
Como seres en condición humana hemos perdido la referencia, hemos perdido la guía la brújula Hemos dejado de lado lo intangible para posicionarnos en lo tangible; priorizamos el control que el compartir.
Lo natural, dentro nuestro, esta siendo encarcelado por lo humano y lo egóico.
No nos comunicamos con nosotros mismos, con nuestra misma especie, y menos con especies diferentes a la nuestra.
Imponemos, no disfrutamos. Obligamos al otro, sea humano o de otra raza, a hacer lo que uno quiere. Estamos viéndonos como seres gobernantes del planeta tierra, y tan solo somos seres que habitamos, y cohabitamos con todos los seres, en este mundo.
Estamos ocupados corriendo por el poseer, por el controlar y subyugar. Corremos ciegamente, confiados que los ojos de los mandamientos y mandatos, que son los que nos guían, son los correctos.
Vivimos una vida que no es nuestra vida; estamos de paso en nuestra propia vida.
De a poco, viendo las reacciones, ideas y emociones que nos fueron impuestas serán veladas -iluminadas-. Con la constancia, el deseo y la consciencia de cada uno es como, la raza de seres humanos irá despertando.
Cada uno con lo suyo, todos con todos. La unidad en cada una de sus partes y el amor como guía creadora.
Cambia lo que no te representa, suelta lo que no te pertenece. Escúchate y respétate. Elígete y acciona. El esperar a que el otro haga algo es la mejor -y peor- escusa para que uno no haga nada. Haz tu mismo, se el ejemplo; se tu propio ejemplo y mantén la constancia entre ideas-pensamientos-sentimientos-acciones.
Se fiel a tu ser; y a su momento cada uno encontrará su senda. Respeta el tiempo que cada uno tiene en su aprender; acompaña en su aprender, sin hacerlo personal.
Matías Hugo Figliola
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