Tenemos el poder de ser libres, de ser felices, de poder interactuar con un otro desde un lugar amoroso.
Tenemos el poder de elegir y decidir; el poder para crear y habitar lo creado.
Tenemos en nosotros mismos, es inherente a la condición humana del ser. El poder es la fuerza divina, la cual existe en nosotros.
Al delegar las cosas a un otro o a un afuera nos encontramos abandonados, nos encontramos desorientados; y pedimos ayuda, nuevamente, al afuera. Este afuera solo brinda ruido y desorientación, es decir que lo que recibimos es más ruido y más desorientación, más abandono y más inseguridad -o como yo digo más sinseguridad-.
De a pasos pequeños se va eligiendo a la propia persona, es que no confiamos en nosotros mismos (es lo que nos enseñaron) y si confiamos en el afuera (ese lugar de ruido y miedos).
No se debe apurar el andar. Cada paso es el más importante en si mismo.
Toma cada paso como la experiencia máxima que estas viviendo, esta dispuesto/a, perenne, con voluntad y deseo.
Permítete vivir tu vida; no fuerces ni impongas, no te fuerces ni te impongas.
El poder de vivir esta experiencia, llamada vida, está en uno mismo; es propia de cada individuo.
La decisión del como vivir es, también, de cada individuo.
Tengas diez años o setenta; es tu vida, es tu decisión y eres libre. Tienes, siempre, el poder de elegir.
Tenemos el poder de elegir y decidir; el poder para crear y habitar lo creado.
Tenemos en nosotros mismos, es inherente a la condición humana del ser. El poder es la fuerza divina, la cual existe en nosotros.
Al delegar las cosas a un otro o a un afuera nos encontramos abandonados, nos encontramos desorientados; y pedimos ayuda, nuevamente, al afuera. Este afuera solo brinda ruido y desorientación, es decir que lo que recibimos es más ruido y más desorientación, más abandono y más inseguridad -o como yo digo más sinseguridad-.
De a pasos pequeños se va eligiendo a la propia persona, es que no confiamos en nosotros mismos (es lo que nos enseñaron) y si confiamos en el afuera (ese lugar de ruido y miedos).
No se debe apurar el andar. Cada paso es el más importante en si mismo.
Toma cada paso como la experiencia máxima que estas viviendo, esta dispuesto/a, perenne, con voluntad y deseo.
Permítete vivir tu vida; no fuerces ni impongas, no te fuerces ni te impongas.
El poder de vivir esta experiencia, llamada vida, está en uno mismo; es propia de cada individuo.
La decisión del como vivir es, también, de cada individuo.
Tengas diez años o setenta; es tu vida, es tu decisión y eres libre. Tienes, siempre, el poder de elegir.
- Por fecha 18/10/2012 -
Matías Hugo Figliola
Comentarios