Cuenta la historia que una tarde de otoño un mago iba caminando por la ruta que se usaba para conectar un pueblo con el otro.
Cuando estaba por llegar al pueblo, lo que le llamo la atención fue la quietud que había en sus derredores. Y el silencio estaba mas presente en la ciudad.
El silencio mostraba que no había ninguna persona en el pueblo; este estaba deshabitado.
El mago miro con calma la situación y prosiguió a tomar una manzana y a dejar la plata que esta costaba.
Prestando atención pudo escuchar un murmullo lejano. Fue acercándose y este murmullo fue cambiando a voces de sorpresa y algún que otro grito y llanto.
Al llegar al lugar donde estaban todas las personas del pueblo, desde el niño que estaba en brazos de su mama hasta el anciano más anciano del pueblo.
El mago ve al pueblo y también los ve mirando, focalizados, a una bruja que se sustentaba en el aire.
El mago pudo ver la situación real; pudo, también ver las cosas sin prejuicios ni asumiendo nada. Acciono desapegado de las cosas duales, del bien o del mal, de lo bueno y lo malo, de sus suposiciones y de las de los otros. Acciono estando consciente y presente.
Mientras el mago llegaba y accionaba se escuchaba a la bruja conjurar maleficios para todos. Para el niño y para el anciano; para la hija que no había nacido y para su padre, el leñador. A cada uno que la miraba, a cambio la bruja le daba una maldición.
Estaban todos atrapados en sus maldiciones, mirándola, gritando y pidiendo piedad o clemencia.
El mago solo hizo dos cosas; la primera de las dos fue dar unos pocos pasos y ponerse entre la bruja y la gente del pueblo, mirando hacia el pueblo.
La segunda cosa fue mas sencilla todavía tan solo fue un chistar con su boca. El "tsss" fue la acción que tomo, desapegado de la dualidad, percibiendo la totalidad y accionando amorosamente a favor de todo y de todos, en contra de nada ni de nadie.
Toda la gente dejo de mirar a la bruja; todos miraron al mago. La energía que la bruja utilizaba para manipular, someter y maldecir desapareció y con ella la bruja. Acciono desapegado y amorosamente. Intervino sin dualidad; sin hacer en contra de ella ni a favor de ellos. Intervino como un buen mago sabe intervenir: sabiamente, en el momento indicado y desapegado del acontecimiento que el afuera le presentaba, creando la realidad que deseaba.
Y esta fue la historia que se cuenta de este mago; este mago que hasta este momento no sabías quien era. Este mago que al saber su nombre, también lo recordaras por otras historias.
El mago era Merlín
Cuando estaba por llegar al pueblo, lo que le llamo la atención fue la quietud que había en sus derredores. Y el silencio estaba mas presente en la ciudad.
El silencio mostraba que no había ninguna persona en el pueblo; este estaba deshabitado.
El mago miro con calma la situación y prosiguió a tomar una manzana y a dejar la plata que esta costaba.
Prestando atención pudo escuchar un murmullo lejano. Fue acercándose y este murmullo fue cambiando a voces de sorpresa y algún que otro grito y llanto.
Al llegar al lugar donde estaban todas las personas del pueblo, desde el niño que estaba en brazos de su mama hasta el anciano más anciano del pueblo.
El mago ve al pueblo y también los ve mirando, focalizados, a una bruja que se sustentaba en el aire.
El mago pudo ver la situación real; pudo, también ver las cosas sin prejuicios ni asumiendo nada. Acciono desapegado de las cosas duales, del bien o del mal, de lo bueno y lo malo, de sus suposiciones y de las de los otros. Acciono estando consciente y presente.
Mientras el mago llegaba y accionaba se escuchaba a la bruja conjurar maleficios para todos. Para el niño y para el anciano; para la hija que no había nacido y para su padre, el leñador. A cada uno que la miraba, a cambio la bruja le daba una maldición.
Estaban todos atrapados en sus maldiciones, mirándola, gritando y pidiendo piedad o clemencia.
El mago solo hizo dos cosas; la primera de las dos fue dar unos pocos pasos y ponerse entre la bruja y la gente del pueblo, mirando hacia el pueblo.
La segunda cosa fue mas sencilla todavía tan solo fue un chistar con su boca. El "tsss" fue la acción que tomo, desapegado de la dualidad, percibiendo la totalidad y accionando amorosamente a favor de todo y de todos, en contra de nada ni de nadie.
Toda la gente dejo de mirar a la bruja; todos miraron al mago. La energía que la bruja utilizaba para manipular, someter y maldecir desapareció y con ella la bruja. Acciono desapegado y amorosamente. Intervino sin dualidad; sin hacer en contra de ella ni a favor de ellos. Intervino como un buen mago sabe intervenir: sabiamente, en el momento indicado y desapegado del acontecimiento que el afuera le presentaba, creando la realidad que deseaba.
Y esta fue la historia que se cuenta de este mago; este mago que hasta este momento no sabías quien era. Este mago que al saber su nombre, también lo recordaras por otras historias.
El mago era Merlín
- Por fecha 03/12/2012 -
Matías Hugo Figliola
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