Y con este último sorbo, bebio su vida. Y con este último mordisco, degusto su vida.
Y a cada momento su vida fue más suya. Y sin saberlo al principio, y sabiendolo con el paso de sus días fue comprendiendo que su vida estaba siendo encarnada por todas las cosas que pasaban en ella.
La comida, la bebida. las ideas, las emociones. Las dudas y las arrogancias. Las preguntas y las respuestas. Las sonrisas y las penas.
Cada paso representaba encarnar su vida; cada respiración debretaba vida en si misma.
Y es por ello que su vida fue cambiando, porque él fue cambiando en como vivía y veía su vida; porque el tomo consciencia de lo que era la vida en si.
Era más que la borágine diaria, más que el correr y el trabajar. Más que el armar una familia; más que tener alguien al lado para poder tener hijos con esa persona.
Era más que ello la vida; y con un respiro, de un día cualquiera, de una hora cualquiera, de un respiro cualquiera todo le cambió.
Todo le cambió y el cambió en el todo y al todo. Resegnificó su vida. Replanteo su senda. Reviso su mochila. Reordeno sus ideas y valores. Reafirmo su sentimiento. Redescubrió que su corazón latía para él y para su experiencia en esta, SU, vida.
Y no es que dejó todo. Y no es que desapareció con una mochila, una bolsa de dormir y un poco de ropa.
Su revivir no estaba pensado en abandonar la vida; eso el lo concebía como escapar y el no deseaba escapar de su vida.
Solo tomó coraje, tomó consciencia y eligió vivir su vida, la vida cotidiana como si fuese la mismismia experiencia del viajero.
Encarno la posibilidad de sorprenderse; la posibilidad de permitirse realizar cosas las cuales antes solo eran permitidas en viajes.
Encarno la elección de vivir esta vida como el mismisimo viaje que es.
Y así cambió el mismo dentro de su vida; y su vida solo le siguió el juego y lo acompaño a su nueva travesia.
Y él y la vida se encaminaron a vivir la experiencia de vivir en gozo, sorpresa, placer, amor y armonía a cada momento de sus días; durasen estos por eternidades o tan solo pasasen como el paso de un colibrí por el cielo.
Así fue, así es. Así su vida cambio, cual él estuvo a la altura de ese cambio.
Y a cada momento su vida fue más suya. Y sin saberlo al principio, y sabiendolo con el paso de sus días fue comprendiendo que su vida estaba siendo encarnada por todas las cosas que pasaban en ella.
La comida, la bebida. las ideas, las emociones. Las dudas y las arrogancias. Las preguntas y las respuestas. Las sonrisas y las penas.
Cada paso representaba encarnar su vida; cada respiración debretaba vida en si misma.
Y es por ello que su vida fue cambiando, porque él fue cambiando en como vivía y veía su vida; porque el tomo consciencia de lo que era la vida en si.
Era más que la borágine diaria, más que el correr y el trabajar. Más que el armar una familia; más que tener alguien al lado para poder tener hijos con esa persona.
Era más que ello la vida; y con un respiro, de un día cualquiera, de una hora cualquiera, de un respiro cualquiera todo le cambió.
Todo le cambió y el cambió en el todo y al todo. Resegnificó su vida. Replanteo su senda. Reviso su mochila. Reordeno sus ideas y valores. Reafirmo su sentimiento. Redescubrió que su corazón latía para él y para su experiencia en esta, SU, vida.
Y no es que dejó todo. Y no es que desapareció con una mochila, una bolsa de dormir y un poco de ropa.
Su revivir no estaba pensado en abandonar la vida; eso el lo concebía como escapar y el no deseaba escapar de su vida.
Solo tomó coraje, tomó consciencia y eligió vivir su vida, la vida cotidiana como si fuese la mismismia experiencia del viajero.
Encarno la posibilidad de sorprenderse; la posibilidad de permitirse realizar cosas las cuales antes solo eran permitidas en viajes.
Encarno la elección de vivir esta vida como el mismisimo viaje que es.
Y así cambió el mismo dentro de su vida; y su vida solo le siguió el juego y lo acompaño a su nueva travesia.
Y él y la vida se encaminaron a vivir la experiencia de vivir en gozo, sorpresa, placer, amor y armonía a cada momento de sus días; durasen estos por eternidades o tan solo pasasen como el paso de un colibrí por el cielo.
Así fue, así es. Así su vida cambio, cual él estuvo a la altura de ese cambio.
- Por fecha 19/03/2013 -
Matías Hugo Figliola
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