Aún teniendo un dedo cortado, vendado y que no me permite escribir cómodamente me encuentro escribiendo.
Mi deseo prevalece por sobre una condición física, en este caso. Mi deseo pugna por la realización de la expresión de mi ser interno, el cual grita amorosamente, jovialmente, que desea escribir y compartir.
Este suceso, pensándolo en este momento, me ha pasado tantas veces. En diferentes circunstancias y momentos de mi vida; por diferentes agentes externos o internos.
He estado viendo nublado, sin poder focalizar mi vista. He estado escupiendo sangre por un exigimiento físico.
He estado quebrado y aun moviendo mi brazo y haciendo cosas. He estado con una rodilla lastimada, que aun sigue su secuela, y he seguido caminando.
He estado, y sigo estando, con hernias de discos las cuales solo ven como una mochila se posa en mi espalda, como cargo el peso que para mi no es peso, y me dispongo a mover cosas, a caminar, a recorrer, a levantar algo, a ayudar a algún amigo o desconocido.
He tenido golpes en mi mandíbula y aun así he seguido comiendo.
He tenido dolores de corazón, de alma y de esos dolores que hacen brotar las lagrimas sin que el cuerpo llegue a frenarlas; y aun aquí me encuentro. Parado, viviendo, sonriendo y amando mi pasado y mis experiencias, y aunque el recuerdo sea lejano sigue mi agradecimiento a esas personas y situaciones.
He tenido tantos sucesos, como todos también los tienen. Es que no somos diferentes unos de otros.
Hemos pasado por tantas cosas en nuestras vidas y aun así, a pesar de las condiciones, hemos seguido. Hemos escuchado el llamado del alma y hemos continuado.
Es momento de escuchar mejor, el alma sigue diciéndonos cual es nuestra senda, cual es nuestro goce, cual es nuestra vocación, cual es nuestro destino. Escuchar, sacar los tapones "anti-alma" y escucharla. Ella se comunica por los sentimientos, las intuiciones y las percepciones.
Y por ello hoy reafirmo algo que he dicho, he sentido, he pensado y aun sigo sintiendo, diciendo y pensando. Las condiciones son solo meros obstáculos, sorteables, para hacer nuestro cuerpo y mente tengan un estado mas atlético y mas vivaz.
Las condiciones, meros recordatorios de que estamos por sobre ellas; que nuestro amor, nuestra vocación, nuestro corazón, nuestra fuerza vital sigue estando en nosotros. Y se encuentra esperando a que avivemos esta llama con una respiración amorosa iniciada desde nuestra consciencia.
Mi deseo prevalece por sobre una condición física, en este caso. Mi deseo pugna por la realización de la expresión de mi ser interno, el cual grita amorosamente, jovialmente, que desea escribir y compartir.
Este suceso, pensándolo en este momento, me ha pasado tantas veces. En diferentes circunstancias y momentos de mi vida; por diferentes agentes externos o internos.
He estado viendo nublado, sin poder focalizar mi vista. He estado escupiendo sangre por un exigimiento físico.
He estado quebrado y aun moviendo mi brazo y haciendo cosas. He estado con una rodilla lastimada, que aun sigue su secuela, y he seguido caminando.
He estado, y sigo estando, con hernias de discos las cuales solo ven como una mochila se posa en mi espalda, como cargo el peso que para mi no es peso, y me dispongo a mover cosas, a caminar, a recorrer, a levantar algo, a ayudar a algún amigo o desconocido.
He tenido golpes en mi mandíbula y aun así he seguido comiendo.
He tenido dolores de corazón, de alma y de esos dolores que hacen brotar las lagrimas sin que el cuerpo llegue a frenarlas; y aun aquí me encuentro. Parado, viviendo, sonriendo y amando mi pasado y mis experiencias, y aunque el recuerdo sea lejano sigue mi agradecimiento a esas personas y situaciones.
He tenido tantos sucesos, como todos también los tienen. Es que no somos diferentes unos de otros.
Hemos pasado por tantas cosas en nuestras vidas y aun así, a pesar de las condiciones, hemos seguido. Hemos escuchado el llamado del alma y hemos continuado.
Es momento de escuchar mejor, el alma sigue diciéndonos cual es nuestra senda, cual es nuestro goce, cual es nuestra vocación, cual es nuestro destino. Escuchar, sacar los tapones "anti-alma" y escucharla. Ella se comunica por los sentimientos, las intuiciones y las percepciones.
Y por ello hoy reafirmo algo que he dicho, he sentido, he pensado y aun sigo sintiendo, diciendo y pensando. Las condiciones son solo meros obstáculos, sorteables, para hacer nuestro cuerpo y mente tengan un estado mas atlético y mas vivaz.
Las condiciones, meros recordatorios de que estamos por sobre ellas; que nuestro amor, nuestra vocación, nuestro corazón, nuestra fuerza vital sigue estando en nosotros. Y se encuentra esperando a que avivemos esta llama con una respiración amorosa iniciada desde nuestra consciencia.
- Por fecha 05/05/2013 -
Matías Hugo Figliola
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