He tenido charlas, con diversas personas, de diversos temas. En cada charla todo se ha resumido, entre vueltas y giros, a un balz entre las posibilidades de opciones y el tomar la decisión que cree el individuo es correcta.
A cada charla se le acerco el momento de semejanza, para quitar misticismo a la situación; para darle ese toque no tan tradicional de realidad y simpleza.
Las decisiones nos dan miedo. En verdad es el miedo que nos dice que decidir es peligroso. Estamos acostumbrados a ese elegir sin convicción, sin pasión en lo que elegimos.
Allí radica todo la controversia interna entre el "deseo", el "necesito" y el "que me dice el miedo". La pasión es lo que falta en estos momentos; en los momentos que uno debe elegirse a uno mismo.
Por ello es que hago una semejanza, un paralelismo. Dándole un tono de humor, relajando la situación, para poder comprender de que se está hablando en verdad.
Mira toda decisión como un juego, como si debieras elegir una espada o un escudo, una armadura o un caballo. Elegir hacer un pase a tu compañero o esquivar a el contrario o patear al arco. Elegir y elegir, a todo momento elegimos; solo nos frenamos cuando en ese elegir esta nuestra esencia más preciada en juego, nosotros mismos.
Elije utilizando una bella analogía, utilizando un referente fiel a elegir por convicción y deseo; el cual no se traiciona.
Elije como elijen los niños, que van por lo que desean y están focalizados en ellos.
Nunca vi un niño, sin ya estar manipulado digo, que elija un juguete porque tuvo miedo de que el que en verdad quería no fuera tan bueno como el que tomo en su mano. He visto a los niños hacer honestamente, para su mejor beneficio, con amor.
Frena un segundo en el momento que vayas a elegir, escucha esa voz que existe dentro de cada uno -existe porque es algo confirmado- te diga que es lo mejor para uno; quitando el ego, el orgullo, el miedo, el poder, el rencor y cualquier otra bandera que se mueva al viento del abandono.
Escucha y sabrás que hacer. Lo drástico se irá, es que comprenderá en ese momento que ya estas despierto y te escuchas. Volverá en un futuro, pero ya sin tanta intensidad como visitas pasadas.
Repite este accionar para ir formando confianza en uno mismo, sobre uno mismo. Escucha tus elecciones y tómalas.
Se adulto y responsable de tu elección, pero eso quedará para otra charla.
Elije lo mejor para ti, es que no hay otra persona que pueda saber exactamente que es lo mejor para ti más que tu mismo
A cada charla se le acerco el momento de semejanza, para quitar misticismo a la situación; para darle ese toque no tan tradicional de realidad y simpleza.
Las decisiones nos dan miedo. En verdad es el miedo que nos dice que decidir es peligroso. Estamos acostumbrados a ese elegir sin convicción, sin pasión en lo que elegimos.
Allí radica todo la controversia interna entre el "deseo", el "necesito" y el "que me dice el miedo". La pasión es lo que falta en estos momentos; en los momentos que uno debe elegirse a uno mismo.
Por ello es que hago una semejanza, un paralelismo. Dándole un tono de humor, relajando la situación, para poder comprender de que se está hablando en verdad.
Mira toda decisión como un juego, como si debieras elegir una espada o un escudo, una armadura o un caballo. Elegir hacer un pase a tu compañero o esquivar a el contrario o patear al arco. Elegir y elegir, a todo momento elegimos; solo nos frenamos cuando en ese elegir esta nuestra esencia más preciada en juego, nosotros mismos.
Elije utilizando una bella analogía, utilizando un referente fiel a elegir por convicción y deseo; el cual no se traiciona.
Elije como elijen los niños, que van por lo que desean y están focalizados en ellos.
Nunca vi un niño, sin ya estar manipulado digo, que elija un juguete porque tuvo miedo de que el que en verdad quería no fuera tan bueno como el que tomo en su mano. He visto a los niños hacer honestamente, para su mejor beneficio, con amor.
Frena un segundo en el momento que vayas a elegir, escucha esa voz que existe dentro de cada uno -existe porque es algo confirmado- te diga que es lo mejor para uno; quitando el ego, el orgullo, el miedo, el poder, el rencor y cualquier otra bandera que se mueva al viento del abandono.
Escucha y sabrás que hacer. Lo drástico se irá, es que comprenderá en ese momento que ya estas despierto y te escuchas. Volverá en un futuro, pero ya sin tanta intensidad como visitas pasadas.
Repite este accionar para ir formando confianza en uno mismo, sobre uno mismo. Escucha tus elecciones y tómalas.
Se adulto y responsable de tu elección, pero eso quedará para otra charla.
Elije lo mejor para ti, es que no hay otra persona que pueda saber exactamente que es lo mejor para ti más que tu mismo
- Por fecha 29/05/2013 -
Matías Hugo Figliola
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