Extiende sus manos para acariciar sus mejillas. Ella se deja, pero solo para ser acariciada.
El siente el calor de sus mejillas mientras ella siente su miedo de que ese cariño signifique algo más.
El disfruta de las mejillas y su fervor tanto como de ese nerviosismo que ella tiene dentro suyo, porque quiere parecer fría aun cuando su corazón late calor.
El la entiende y sonríe, ella no comprende y también sonríe.
Todo parece una conversación de locos; y a el le gusta este estilo de charlas.
Charlas en las cuales no solo existe la comunicación verbal. Charlas en las que existe una conexión entre ambos dos, aun cuando a veces el otro no este tan loco para entender.
El sigue extendiendo sus manos para acariciar sus mejillas. Ella sigue dejándolo, pero con ese miedo interno de su pasado.
El dulcemente le da una parte de sus labios, y con ellos parte de su sonrisa. Sin saber lo que sucede ella acepta el beso, acepta los labios y acepta la sonrisa.
Charla de locos, pocas veces comprendida. Charla de locos, bella y entretenida.
- Por fecha 28/06/2013 -
Matías Hugo Figliola
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