Taparse la boca cuando se bosteza. Decir "salud" cuando otro estornuda. Frenar en los semáforos rojos, acelerar en los amarillos y los verdes seguir tranquilo.
Decir "perdón" cundo se golpea a alguien. Decir "hola" y "chau" a quien tampoco te interese ni saludar ni conocer.
Pensar desconfiado del otro, dudar de sus acciones. Siempre estar primeros, si es posible ganarle un lugar en la fila al que esta frente a uno.
Siempre decir la verdad, aunque en verdad ha sido siempre mentir a no ser que se sepa la verdad.
Primero pensar en nosotros, luego en nuestro bolsillo y luego en nuestro orgullo; luego ver que se puede hacer.
Aparentar hacer ayudas sociales. Vender posturas, amor e ideas que solo representen rentabilidad al bolsillo de uno.
Estas cosas nos han enseñado y he de seguir un par de ideas más, para seguir explicándome.
A sonreír cuando en verdad existe odio. A callar cuando en verdad hay que expresarse. A reprimir los sentimientos ya que exhiben debilidad. A ser codiciado siempre.
A usar la ropa que te dicen que debes usar para atraer a las mujeres que te dicen debes de atraer; las cuales se compran ropa que le dicen que deben usar para atraer a los hombres que le dicen que deben atraer.
A mentir para tener, a mentirse para encajar en una sociedad.
A formar una familia, la cual no se ama. Y digo esto porque cada vez existen mas parejas que mantienen infidelidades, y no por sexo sino desde el sentimiento. Y tienen hijos o hijas a los cuales los conciben como un logro, como una realización y nada más.
Es por estas situaciones que me he sentido siempre en desacorde, fuera de tono. Es que los que suenan en otro tiempo no pueden, nunca, llegar a acoplarse dentro de ese vals de lo enseñado. Lo cual condiciona y destruye.
Me gusta reír y así lo hago, también llorar; es decir me gusta expresar mis sentimientos libremente. Digo "lo siento" cuando lo siento y "perdón" cuando hago saber mi postura de arrepentido. Me gusta pasear a mi ritmo, mirando al cielo y los arboles; contando lo verde que esta en el pasto o las plantas o los arboles y no los billetes de mi bolsillo.
Me gusta hacer lo que me gusta hacer y me permito hacerlo.
Me gusta decir "te amo" cuando lo siento de verdad. Me gusta abrazar a la gente que tengo en mi corazón para que sientan como late.
Comprendo que lo enseñado no siempre es lo que uno debe aceptar y encarnar. A veces lo enseñado solo sirve como una base para luego crear un nuevo camino propio, con nuevos valores que representen mejor a uno mismo.
Una noche, caminando por una calle de esta trampa para osos, humanos, bobos y dormidos, conocida como Buenos Aires, me encontré despertando en la idea de algo que venía realizando en la acción sin ser consciente de ello.
"Me han enseñado bien mis padres, me han enseñado como debían hacerlo. Ahora, de aquello que me han enseñado debo decantarlo. Debo dejar que los valores que no me representan sigan su curso y crear un nuevo modo y gusto de vida. Y ese será mi nuevo yo"
Decir "perdón" cundo se golpea a alguien. Decir "hola" y "chau" a quien tampoco te interese ni saludar ni conocer.
Pensar desconfiado del otro, dudar de sus acciones. Siempre estar primeros, si es posible ganarle un lugar en la fila al que esta frente a uno.
Siempre decir la verdad, aunque en verdad ha sido siempre mentir a no ser que se sepa la verdad.
Primero pensar en nosotros, luego en nuestro bolsillo y luego en nuestro orgullo; luego ver que se puede hacer.
Aparentar hacer ayudas sociales. Vender posturas, amor e ideas que solo representen rentabilidad al bolsillo de uno.
Estas cosas nos han enseñado y he de seguir un par de ideas más, para seguir explicándome.
A sonreír cuando en verdad existe odio. A callar cuando en verdad hay que expresarse. A reprimir los sentimientos ya que exhiben debilidad. A ser codiciado siempre.
A usar la ropa que te dicen que debes usar para atraer a las mujeres que te dicen debes de atraer; las cuales se compran ropa que le dicen que deben usar para atraer a los hombres que le dicen que deben atraer.
A mentir para tener, a mentirse para encajar en una sociedad.
A formar una familia, la cual no se ama. Y digo esto porque cada vez existen mas parejas que mantienen infidelidades, y no por sexo sino desde el sentimiento. Y tienen hijos o hijas a los cuales los conciben como un logro, como una realización y nada más.
Es por estas situaciones que me he sentido siempre en desacorde, fuera de tono. Es que los que suenan en otro tiempo no pueden, nunca, llegar a acoplarse dentro de ese vals de lo enseñado. Lo cual condiciona y destruye.
Me gusta reír y así lo hago, también llorar; es decir me gusta expresar mis sentimientos libremente. Digo "lo siento" cuando lo siento y "perdón" cuando hago saber mi postura de arrepentido. Me gusta pasear a mi ritmo, mirando al cielo y los arboles; contando lo verde que esta en el pasto o las plantas o los arboles y no los billetes de mi bolsillo.
Me gusta hacer lo que me gusta hacer y me permito hacerlo.
Me gusta decir "te amo" cuando lo siento de verdad. Me gusta abrazar a la gente que tengo en mi corazón para que sientan como late.
Comprendo que lo enseñado no siempre es lo que uno debe aceptar y encarnar. A veces lo enseñado solo sirve como una base para luego crear un nuevo camino propio, con nuevos valores que representen mejor a uno mismo.
Una noche, caminando por una calle de esta trampa para osos, humanos, bobos y dormidos, conocida como Buenos Aires, me encontré despertando en la idea de algo que venía realizando en la acción sin ser consciente de ello.
"Me han enseñado bien mis padres, me han enseñado como debían hacerlo. Ahora, de aquello que me han enseñado debo decantarlo. Debo dejar que los valores que no me representan sigan su curso y crear un nuevo modo y gusto de vida. Y ese será mi nuevo yo"
- Por fecha 12/06/2013 -
Matías Hugo Figliola
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