Quien debe caminar dos veces el mismo camino demuestra que la primera vez no estuvo atento a donde estuvo yendo ni por donde estuvo yendo.
Quien llega a mismo destino utilizando diversos caminos es quien estuvo despierto en su camino y aprendió a donde llevaba el camino, aprendió el arribó al lugar como también pudo ver el entorno que lo rodeaba antes de llegar y al haber llegado.
No es necesario que camine por el mismo camino dos veces, a no ser que me guste. La vida, la naturaleza, tiene millones de sendas a explorar.
He caminado mucho en mi vida, literalmente mucho, y aprendí a reconocer los lugares para saber como llegar desde cualquier lugar.
Tanto en la ciudad como en la montaña como el los hielos, como en las llanuras como en los bosques. O será que todos se asemejan entre si porque en realidad es que yo he aprendido a adaptarme de este modo. A estar despierto cuando camino y saber donde estoy, saber referencias, saber mi norte y conocer hacia que lugar estoy yendo.
Utilizar herramientas para saber ubicarse, para saber que viene a posterior. Unificar ideas, como saber que si un río tiene corriente hacia la izquierda, hacia la derecha se sube la montaña; esto sucede en todo el mundo.
Utilizar las herramientas denota lucidez en el hacer.
Saber que usar y en que momento denota aprendizaje.
Tomar la acción correcta, en el momento correcto denota madurez.
Accionar, soltando el miedo, y eligir lo mejor para uno mismo, en contra de nada ni de nadie, marca en uno la existencia de responsabilidad.
Esto mismo que he explicado sobre la naturaleza, sobre el caminar, sobre las sendas y caminos. Esto mismo que comente sobre las calles, las ciudades, el ir y el llegar y el saberse ubicado en un punto determinado es funcional.
Esto mismo, idéntico, es transpolable a las emociones, todas las gamas de emociones que existen, y para las ideas, ese mundo de miedos, angustias e inseguridades.
Habiendo transitado el movimiento de las emociones dentro de uno, tan solo una vez, despierto se puede comprender el camino que se ha tomado y a donde nos ha llegado.
Como ejemplo: "El enojo lleva a la frustración y este al maltrato. El enojo esta precedido por diversas cuestiones. Saber esa senda permite a uno saber si quiere maltratar y, como respuesta ofensiva, ser maltratado por el otro".
Sabiendo lo que nos depara, podemos elegir ir hacia ello o rectificar nuestros pasos en este momento presente y corregir nuestras emociones, ideas y sensaciones.
Somos los creadores de lo que sucede dentro nuestro. Y el adentro modifica el afuera, es decir que uno modifica todo con lo que interactua, hasta al aire que a veces se hace pesado o no puede entrar en nuestros pulmones.
La elección de que senda andar es propia. Somos libres de elegir y de hacer.
Madurez al elegir.
Responsabilidad de haber elegido, sabiendo las consecuencias.
Utilización de las herramientas correctas, para la tarea correcta.
Saber, comprender, encarnar, evolucionar el modo de pensar, sentir y hacer.
Esto digo de los viajes, de las emociones y de los caminos.
Quien llega a mismo destino utilizando diversos caminos es quien estuvo despierto en su camino y aprendió a donde llevaba el camino, aprendió el arribó al lugar como también pudo ver el entorno que lo rodeaba antes de llegar y al haber llegado.
No es necesario que camine por el mismo camino dos veces, a no ser que me guste. La vida, la naturaleza, tiene millones de sendas a explorar.
He caminado mucho en mi vida, literalmente mucho, y aprendí a reconocer los lugares para saber como llegar desde cualquier lugar.
Tanto en la ciudad como en la montaña como el los hielos, como en las llanuras como en los bosques. O será que todos se asemejan entre si porque en realidad es que yo he aprendido a adaptarme de este modo. A estar despierto cuando camino y saber donde estoy, saber referencias, saber mi norte y conocer hacia que lugar estoy yendo.
Utilizar herramientas para saber ubicarse, para saber que viene a posterior. Unificar ideas, como saber que si un río tiene corriente hacia la izquierda, hacia la derecha se sube la montaña; esto sucede en todo el mundo.
Utilizar las herramientas denota lucidez en el hacer.
Saber que usar y en que momento denota aprendizaje.
Tomar la acción correcta, en el momento correcto denota madurez.
Accionar, soltando el miedo, y eligir lo mejor para uno mismo, en contra de nada ni de nadie, marca en uno la existencia de responsabilidad.
Esto mismo que he explicado sobre la naturaleza, sobre el caminar, sobre las sendas y caminos. Esto mismo que comente sobre las calles, las ciudades, el ir y el llegar y el saberse ubicado en un punto determinado es funcional.
Esto mismo, idéntico, es transpolable a las emociones, todas las gamas de emociones que existen, y para las ideas, ese mundo de miedos, angustias e inseguridades.
Habiendo transitado el movimiento de las emociones dentro de uno, tan solo una vez, despierto se puede comprender el camino que se ha tomado y a donde nos ha llegado.
Como ejemplo: "El enojo lleva a la frustración y este al maltrato. El enojo esta precedido por diversas cuestiones. Saber esa senda permite a uno saber si quiere maltratar y, como respuesta ofensiva, ser maltratado por el otro".
Sabiendo lo que nos depara, podemos elegir ir hacia ello o rectificar nuestros pasos en este momento presente y corregir nuestras emociones, ideas y sensaciones.
Somos los creadores de lo que sucede dentro nuestro. Y el adentro modifica el afuera, es decir que uno modifica todo con lo que interactua, hasta al aire que a veces se hace pesado o no puede entrar en nuestros pulmones.
La elección de que senda andar es propia. Somos libres de elegir y de hacer.
Madurez al elegir.
Responsabilidad de haber elegido, sabiendo las consecuencias.
Utilización de las herramientas correctas, para la tarea correcta.
Saber, comprender, encarnar, evolucionar el modo de pensar, sentir y hacer.
Esto digo de los viajes, de las emociones y de los caminos.
- Por fecha 26/06/2013 -
Matías Hugo Figliola
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