He perdido grasas de mi cuerpo. He perdido protección. He estado enfermándome más veces en medio año que lo que me he enfermado en los últimos tres años -dos veces en 6 meses-.
Todo es información, así lo concibo y así también estoy aprendiendo a verlo a diario. A estar despierto a ver es lo que sucede y como sucede también.
La grasa servia, sirve, para proteger al cuerpo del frío. La grasa es un aislante natural. La grasa te muestra frío hacia el afuera, te hace sentir frío cuando la tocas o cuando la tocan.
La grasa no esta en mi, y este cambio no es solo de peso. Este cambio no es solo de comodidad a mi postura, ya que tengo hernias de discos, ni tampoco es de comodidad a mi rodilla, la cual esta relativamente lastimada de manera que el sobrepeso se sentía muy fuerte.
La grasa no esta en mi, y este cambio es solo de estética. Este cambio no es solo que me entran las remeras sin quedarme justas y marcándose la panza, ni tampoco que puedo estar sin remera en cualquier lugar sin sentir cierta incomodidad de ser visto como el "gordito que no le importa" -que a todo gordito le importa, solo que a algunos ya no le importa que le importe y se resignan, sin aceptar, a la situación.-.
La grasa ya no esta en mi. Se ha sustituido por armonía, por salud, por comodidad. Me siento más liviano, más cómodo, las ligero, más libre, más practico, más feliz, más agil.
No es solo estético el tema. Se puede ver mejor las cosas cuando uno elije verlas y comprender las palabras que usa para explicar una situación ya que allí radica la información de la cual antes hablaba.
Nosotros nos decimos cosas muy importantes a nosotros mismos, el tema es que asumimos que son para otros esas palabras o que ya las entendemos o que no van con nosotros.
Tantos años de mi vida he usado una filosofía que concibo y concebía errónea, y esta filosofía era/es -ya que sigue existiendo como idea, solo que no la encarno-: "Haz lo que digo más no lo que hago".
Utilice tanto tiempo esta frase para justificar mi auto boicot, mi auto martirizarme, mi auto castigo, mi auto aislamiento y justificar todo lo que no me representaba. Es que en aquel momento no podía no hacerlo de ese modo, estaba indefenso en mi mismo y ni siquiera podía defenderme de mi mismo, y de aquel que estaba en mi que no era yo.
Hoy, en una charla libre y natural con mi mamá utilice una palabra para un estado físico. La frase fue algo como: "La grasa aísla el frío".
Sin comunicarle nada a ella, ya que esta revelación es para mi -y también pueda ser para ella en su debido tiempo- comprendí que la grasa aísla al frío en igual simetría yo me aislaba de mi mismo, de mi sentir, de mi ser, de quien soy el realidad.
Hoy estoy sin grasa en mi cuerpo, con un poco de panza la cual se irá si se quiere ir. He salido de mis 88 kilos y me encuentro en mis 71 kilos.
Esto es toda la grasa que quite de mi. Esto es todo el aislante que quite de mi. Esto es todo lo que elegí purificarme y liberarme.
Es que las palabras tienen mucho valor. Mucha fuerza y mucho más significado del que uno cree. Es por ello que me escucho, es por ello que desde hace ya 11 años concibo que todo lo que le digo a un otro me lo estoy diciendo, antes o al mismo tiempo, a mi.
Esta transición en mi vida ha sido, y esta siendo y seguirá siendo, un efecto liberador. Un efecto revelador de quien soy en realidad y de mis trabas, mis dudas, inseguridades, dolencias y de aquel pasado que tanto marco y llego tan profundo que doblo a quien era e hizo que me aislé de todo y todos.
El amor ha sido liberado de aquella caja en lo que lo puse. Aquella caja nunca fue una caja, fue un cuerpo dolido que eligió cerrarse sin llave ni truco alguno para abrir. Aquella caja fui yo, aquella caja soy yo.
Y no soy una caja, soy un ser humano. Bello y amoroso, raro también -como todos- y medio loco, ya que la locura es al hombre lo que a un pájaro son sus alas.
Y concluyo en esto dicho.
Las palabras que uno dice dicen mucho más de lo que uno cree que dicen.
Las palabras que uno dice, se las dice a uno mismo al mismo tiempo que se las dice al otro.
La aislación no es posible, es irreal. Puede uno luchar con ella por miedos, dolores y penas pero, confirmo honestamente, que es mejor la realidad. Duele pero tan solo dolerá por el tiempo que uno la rechace, luego es solo pasado y liberación; y con la liberación esta el amor y con el amor la paz y con la paz la plenitud y con la plenitud el gozo.
Me amo, no me cuesta decírmelo. Lo siento así y lo vibro así.
Me amo y estoy dispuesto a hacer todo desde mi, por mi, para mi, en favor de todo y de todos, en contra de nada ni de nadie.
Todo es información, así lo concibo y así también estoy aprendiendo a verlo a diario. A estar despierto a ver es lo que sucede y como sucede también.
La grasa servia, sirve, para proteger al cuerpo del frío. La grasa es un aislante natural. La grasa te muestra frío hacia el afuera, te hace sentir frío cuando la tocas o cuando la tocan.
La grasa no esta en mi, y este cambio no es solo de peso. Este cambio no es solo de comodidad a mi postura, ya que tengo hernias de discos, ni tampoco es de comodidad a mi rodilla, la cual esta relativamente lastimada de manera que el sobrepeso se sentía muy fuerte.
La grasa no esta en mi, y este cambio es solo de estética. Este cambio no es solo que me entran las remeras sin quedarme justas y marcándose la panza, ni tampoco que puedo estar sin remera en cualquier lugar sin sentir cierta incomodidad de ser visto como el "gordito que no le importa" -que a todo gordito le importa, solo que a algunos ya no le importa que le importe y se resignan, sin aceptar, a la situación.-.
La grasa ya no esta en mi. Se ha sustituido por armonía, por salud, por comodidad. Me siento más liviano, más cómodo, las ligero, más libre, más practico, más feliz, más agil.
No es solo estético el tema. Se puede ver mejor las cosas cuando uno elije verlas y comprender las palabras que usa para explicar una situación ya que allí radica la información de la cual antes hablaba.
Nosotros nos decimos cosas muy importantes a nosotros mismos, el tema es que asumimos que son para otros esas palabras o que ya las entendemos o que no van con nosotros.
Tantos años de mi vida he usado una filosofía que concibo y concebía errónea, y esta filosofía era/es -ya que sigue existiendo como idea, solo que no la encarno-: "Haz lo que digo más no lo que hago".
Utilice tanto tiempo esta frase para justificar mi auto boicot, mi auto martirizarme, mi auto castigo, mi auto aislamiento y justificar todo lo que no me representaba. Es que en aquel momento no podía no hacerlo de ese modo, estaba indefenso en mi mismo y ni siquiera podía defenderme de mi mismo, y de aquel que estaba en mi que no era yo.
Hoy, en una charla libre y natural con mi mamá utilice una palabra para un estado físico. La frase fue algo como: "La grasa aísla el frío".
Sin comunicarle nada a ella, ya que esta revelación es para mi -y también pueda ser para ella en su debido tiempo- comprendí que la grasa aísla al frío en igual simetría yo me aislaba de mi mismo, de mi sentir, de mi ser, de quien soy el realidad.
Hoy estoy sin grasa en mi cuerpo, con un poco de panza la cual se irá si se quiere ir. He salido de mis 88 kilos y me encuentro en mis 71 kilos.
Esto es toda la grasa que quite de mi. Esto es todo el aislante que quite de mi. Esto es todo lo que elegí purificarme y liberarme.
Es que las palabras tienen mucho valor. Mucha fuerza y mucho más significado del que uno cree. Es por ello que me escucho, es por ello que desde hace ya 11 años concibo que todo lo que le digo a un otro me lo estoy diciendo, antes o al mismo tiempo, a mi.
Esta transición en mi vida ha sido, y esta siendo y seguirá siendo, un efecto liberador. Un efecto revelador de quien soy en realidad y de mis trabas, mis dudas, inseguridades, dolencias y de aquel pasado que tanto marco y llego tan profundo que doblo a quien era e hizo que me aislé de todo y todos.
El amor ha sido liberado de aquella caja en lo que lo puse. Aquella caja nunca fue una caja, fue un cuerpo dolido que eligió cerrarse sin llave ni truco alguno para abrir. Aquella caja fui yo, aquella caja soy yo.
Y no soy una caja, soy un ser humano. Bello y amoroso, raro también -como todos- y medio loco, ya que la locura es al hombre lo que a un pájaro son sus alas.
Y concluyo en esto dicho.
Las palabras que uno dice dicen mucho más de lo que uno cree que dicen.
Las palabras que uno dice, se las dice a uno mismo al mismo tiempo que se las dice al otro.
La aislación no es posible, es irreal. Puede uno luchar con ella por miedos, dolores y penas pero, confirmo honestamente, que es mejor la realidad. Duele pero tan solo dolerá por el tiempo que uno la rechace, luego es solo pasado y liberación; y con la liberación esta el amor y con el amor la paz y con la paz la plenitud y con la plenitud el gozo.
Me amo, no me cuesta decírmelo. Lo siento así y lo vibro así.
Me amo y estoy dispuesto a hacer todo desde mi, por mi, para mi, en favor de todo y de todos, en contra de nada ni de nadie.
- Por fecha 16/08/2013 -
Matías Hugo Figliola
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