Un movimiento inesperado, sucesos que sucedieron a otros sucesos ya sucedidos.
Caos, multiplicación de partes de algo que debía estar junto; debía y ya no lo esta.
Se encuentra esparcido en muchos lugares, se encuentra desparramado por el piso y la mesada; algo que debía estar ordenado y contenido paso a no estarlo.
Caos y gritos, enojos y frustración.
Luego silencio, un repensar y salir de ese ruido que no le pertenece.
Mirar la realidad, mirar lo sucedido y lo que esta sucediendo.
El pasado ya no se puede cambiar, es perdición el apegarse a el.
El presente esta sucediendo ahora; el momento del cambio esta en la palma de su vida.
Acepta el suceso como posibilidad. Acepta ese desparrame como un hecho posible y, además, consumado.
Los granos de arroz han salido de su contenedor, aun habiendo tenido cuidado de ello; aun habiendo hecho lo posible para que no suceda.
El caos es solo arroz, granos de arroz, desparramado por la mesada, la cocina y el piso.
Estaba dentro de las posibilidades; se dio cuenta. Estaba dentro de las posibilidades, que el no deseaba pero que le importa a la posibilidad el deseo de un humano.
Estaba en las posibilidades y ella sabia que podía suceder; y sucedió.
Vio la realidad. Entendió el hecho de lo posible. Acepto lo que sucedió y tomo riendas en el presente.
Se desprendió del enojo, eso es cosa de frustración. Ese enojo es algo que no le pertenecía, el no es rey de las posibilidades. Aunque no le guste aceptarlo es parte de las posibilidades, esta inmerso en ese mundo que lo contiene a él.
Acepto la realidad, liberó su enojo que ya no le servía. Acepto el suceso de cosas y se dispuso a tomar riendas en ese caos de granos.
Sorpresivamente comprendió el juego tan divertido que es jugar con las posibilidades; aceptar que todo puede suceder y que cuando así sucede uno tiene que estar lo más elástico posible para adaptarse a ese presente y vivirlo, y si es posible gozarlo como algo bello en la vida de uno.
Y por unos granos de arroz que se desparramaron por sobre la mesada, la cocina y por sobre el piso el recordó que no estaba presente, al ver su enojo.
Y por ese suceso el vio la posibilidad de inmiscuirse entre el enojo, la frustración y la realidad y vivir su presente. Y así lo hizo.
Acepto la posibilidad y hizo posible el cambio. Su día había comenzado ya hace varias horas y el todavía no había despertado a su vida.
Una posibilidad entre tantas posibilidades. Y él pudo vivirla como cualquier otra, aceptándola y sonriendo en el presente; al fin y al cabo es tan solo arroz y ponerse a ordenar.
Caos, multiplicación de partes de algo que debía estar junto; debía y ya no lo esta.
Se encuentra esparcido en muchos lugares, se encuentra desparramado por el piso y la mesada; algo que debía estar ordenado y contenido paso a no estarlo.
Caos y gritos, enojos y frustración.
Luego silencio, un repensar y salir de ese ruido que no le pertenece.
Mirar la realidad, mirar lo sucedido y lo que esta sucediendo.
El pasado ya no se puede cambiar, es perdición el apegarse a el.
El presente esta sucediendo ahora; el momento del cambio esta en la palma de su vida.
Acepta el suceso como posibilidad. Acepta ese desparrame como un hecho posible y, además, consumado.
Los granos de arroz han salido de su contenedor, aun habiendo tenido cuidado de ello; aun habiendo hecho lo posible para que no suceda.
El caos es solo arroz, granos de arroz, desparramado por la mesada, la cocina y el piso.
Estaba dentro de las posibilidades; se dio cuenta. Estaba dentro de las posibilidades, que el no deseaba pero que le importa a la posibilidad el deseo de un humano.
Estaba en las posibilidades y ella sabia que podía suceder; y sucedió.
Vio la realidad. Entendió el hecho de lo posible. Acepto lo que sucedió y tomo riendas en el presente.
Se desprendió del enojo, eso es cosa de frustración. Ese enojo es algo que no le pertenecía, el no es rey de las posibilidades. Aunque no le guste aceptarlo es parte de las posibilidades, esta inmerso en ese mundo que lo contiene a él.
Acepto la realidad, liberó su enojo que ya no le servía. Acepto el suceso de cosas y se dispuso a tomar riendas en ese caos de granos.
Sorpresivamente comprendió el juego tan divertido que es jugar con las posibilidades; aceptar que todo puede suceder y que cuando así sucede uno tiene que estar lo más elástico posible para adaptarse a ese presente y vivirlo, y si es posible gozarlo como algo bello en la vida de uno.
Y por unos granos de arroz que se desparramaron por sobre la mesada, la cocina y por sobre el piso el recordó que no estaba presente, al ver su enojo.
Y por ese suceso el vio la posibilidad de inmiscuirse entre el enojo, la frustración y la realidad y vivir su presente. Y así lo hizo.
Acepto la posibilidad y hizo posible el cambio. Su día había comenzado ya hace varias horas y el todavía no había despertado a su vida.
Una posibilidad entre tantas posibilidades. Y él pudo vivirla como cualquier otra, aceptándola y sonriendo en el presente; al fin y al cabo es tan solo arroz y ponerse a ordenar.
- Por fecha 22/07/2013 -
Matías Hugo Figliola
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