Una flecha inclinada hacia la derecha. Otra flecha inclinada hacia la izquierda.
Un dibujo de un puente. Un numero en un cartel.
Todas estas, y tantísimas más, son señales.
Señales también son un grito de alguna persona con un "cuidado", como también una respuesta de alquien diciendo "es por allí".
En una ruta, las lineas pintadas en el piso también son señales; como también las nubes son señales.
Estamos rodeados de señales, tan tangibles como literales. Estamos rodeados, también, por tantas otras señales tan intangibles y tan sutiles.
Creo yo que hemos perdido la habilidad de percibir estas señales, de tomarlas, de asimilarlas y de comprenderlas.
¿Hemos dejado de lado la intuición?. ¿Hemos cambiado la intuición por reacción?.
¿Cuando ha sido que hemos callado la voz interior?.
Los mensajes que nos llegan los dejamos a un lado, los vemos, escuchamos y sentimos como algo que no es real, y no hay mayor realidad que aquellos mensajes.
Ha sucedido que hemos perdido la habilidad de percibir las señales, de poder escucharlas y entenderlas. Hemos pasado a despreciarlas, ignorarlas o siquiera saber que han llegado o pasado.
Las señales abundan día a día, en el hacer cotidiano. Estas muestran como está uno en su interior, estas le avisan a uno que cosas le hacen bien. Le comunican cual es la mejor decisión y acción a tomar.
Estas señales, como la de los carteles o los gritos, dan una información de gran importancia y valor, como la de los carteles de transito o la de las respuestas o avisos de las personas.
¿Por que es que las desmerecemos?. ¿Por que las negamos?.
¿No será acaso que nos hemos desvinculado de nosotros mismos, de esa conexión que teníamos con nosotros mismos y preferimos escuchar al afuera, ver al afuera y obtener una aprobación del afuera?
Creo en las señales, toda la gama de estas. Escucho a mi voz interior, le pongo atención y la escucho. Ella sabe mejor que yo lo que a mi me conviene, ya que yo me encuentro en un pugnar entre "yo" y "la aceptación del otro".
Gracias a estas señales he tenido experiencias y vivencias que han sido gratamente vividas y por las cuales he adquirido y asimilado grandes enseñanzas, para aquel momento y para mi vida a partir de ese momento.
Me siento agradecido de escuchar las señales y verlas. Un trabajo diario, constante; un trabajo presente. Y cuando elijo desde mi mejor parte y escuchando a mi mejor parte -y escuchando al universo que se expresa desde mi mejor parte- soy un mejor ser humano y más consciente de mi realidad.
Un dibujo de un puente. Un numero en un cartel.
Todas estas, y tantísimas más, son señales.
Señales también son un grito de alguna persona con un "cuidado", como también una respuesta de alquien diciendo "es por allí".
En una ruta, las lineas pintadas en el piso también son señales; como también las nubes son señales.
Estamos rodeados de señales, tan tangibles como literales. Estamos rodeados, también, por tantas otras señales tan intangibles y tan sutiles.
Creo yo que hemos perdido la habilidad de percibir estas señales, de tomarlas, de asimilarlas y de comprenderlas.
¿Hemos dejado de lado la intuición?. ¿Hemos cambiado la intuición por reacción?.
¿Cuando ha sido que hemos callado la voz interior?.
Los mensajes que nos llegan los dejamos a un lado, los vemos, escuchamos y sentimos como algo que no es real, y no hay mayor realidad que aquellos mensajes.
Ha sucedido que hemos perdido la habilidad de percibir las señales, de poder escucharlas y entenderlas. Hemos pasado a despreciarlas, ignorarlas o siquiera saber que han llegado o pasado.
Las señales abundan día a día, en el hacer cotidiano. Estas muestran como está uno en su interior, estas le avisan a uno que cosas le hacen bien. Le comunican cual es la mejor decisión y acción a tomar.
Estas señales, como la de los carteles o los gritos, dan una información de gran importancia y valor, como la de los carteles de transito o la de las respuestas o avisos de las personas.
¿Por que es que las desmerecemos?. ¿Por que las negamos?.
¿No será acaso que nos hemos desvinculado de nosotros mismos, de esa conexión que teníamos con nosotros mismos y preferimos escuchar al afuera, ver al afuera y obtener una aprobación del afuera?
Creo en las señales, toda la gama de estas. Escucho a mi voz interior, le pongo atención y la escucho. Ella sabe mejor que yo lo que a mi me conviene, ya que yo me encuentro en un pugnar entre "yo" y "la aceptación del otro".
Gracias a estas señales he tenido experiencias y vivencias que han sido gratamente vividas y por las cuales he adquirido y asimilado grandes enseñanzas, para aquel momento y para mi vida a partir de ese momento.
Me siento agradecido de escuchar las señales y verlas. Un trabajo diario, constante; un trabajo presente. Y cuando elijo desde mi mejor parte y escuchando a mi mejor parte -y escuchando al universo que se expresa desde mi mejor parte- soy un mejor ser humano y más consciente de mi realidad.
- Por fecha 03/10/2013 -
Matías Hugo Figliola
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