La religión es como un juego que ha sido tan tomada en cuenta que han perdido los valores y tan solo importa el ganar, el ser mejor, el tener más poder, más fieles y más control.
Digo esto porque la palabra religión proviene de religar; religar significa volver a juntar.
Las religiones justamente no se disponen a lograr ese cometido. Ellas, primeramente, se separan de las otras religiones, luego las señalan acusativamente como una religión falsa y luego instruyen a sus fieles y seguidores en base a las ideas que les parecen en vez de fundar las premisas y sobre ellas dejar al ser humano hacer.
Es que la idea no es controlar, dominar ni subyugar al ser humano, a aquel individuo que vive y camina y come. La idea debería de ser la de dar cierta estabilidad en un funcionamiento, una cierta armonía de cooperación, hermandad, amor y fraternidad.
Es que el hecho del amateurismo, lo planteo así para poder explicar que la realidad de la cosa es mucho más sencillo y practico que lo que se plantea.
Amarse a uno mismo, amar a su prójimo, participar, cooperar. Ya con esas bases se estaría en un lugar que hoy no creo que lleguemos, por la senda en que ya hemos tomado.
El amateurismo fue devorado por el profesionalismo; quiero decir que lo sencillo, la vocación amorosa al hacer fue consumida por la desesperación, constante y alienada del poder, del dinero y de la fama.
Así es como hemos creado divisiones, que aparte de dividir generan guerras; y que aparte de generar guerras mata a todo a su paso. Porque pensamos que en una guerra, gran enfrentamiento o pequeño, solo mueren seres humanos y debo hacerles saber, recordarles y mostrarles que también mueren animales y plantas; es decir que mueren seres, de los cuales nosotros no los catalogamos como dignos de vida.
La religión era un juego de niños y termino siendo un calvario de grandes.
La gente se sienta en la silla que más le conviene, no para sus nalgas, sino para su conveniencia monetaria. Hemos perdido varios rumbos y creo que este es el de raíz.
Si tan solo fuesemos como pensamos que sería bueno ser, sería bello mundo para vivir.
Sobre este tema hay mucho que decir, que explicar y que ampliar; muchos temas para adentrarse y para generar una nueva explicación. Por hoy hasta aquí mi idea, hasta aquí mi pensar y opinión.
Cada vez que charlo con diversas personas de diversas religiones puedo comprender que mi concepto, el cual es libre y abarcativo, concuerda con las bases primarias de muchas de las religiones. Todavía faltan conocer mas religiones y, en parte, es por ello mi viajar y mi indagar; mi cuestionar y mi escuchar.
La sencilles no es algo malo. La sencilles en este caso es el despojo de ideas y de manipulaciones, de inseguridades y de miedos. La sencillez es el modo de poder comprender las cosas como realmente son, quitando los velos que nos han -y hemos- puesto en nuestra vista para que brillen las cosas tal cual nosotros deseamos.
Amor. Libertad. Hermandad. Cooperación. Fraternidad. Gozo. Comunicación. Coraje. Aceptación. Honestidad. Respeto.
Son pocas palabras, que aplicadas son millones de cambios para un mejor vivir.
Digo esto porque la palabra religión proviene de religar; religar significa volver a juntar.
Las religiones justamente no se disponen a lograr ese cometido. Ellas, primeramente, se separan de las otras religiones, luego las señalan acusativamente como una religión falsa y luego instruyen a sus fieles y seguidores en base a las ideas que les parecen en vez de fundar las premisas y sobre ellas dejar al ser humano hacer.
Es que la idea no es controlar, dominar ni subyugar al ser humano, a aquel individuo que vive y camina y come. La idea debería de ser la de dar cierta estabilidad en un funcionamiento, una cierta armonía de cooperación, hermandad, amor y fraternidad.
Es que el hecho del amateurismo, lo planteo así para poder explicar que la realidad de la cosa es mucho más sencillo y practico que lo que se plantea.
Amarse a uno mismo, amar a su prójimo, participar, cooperar. Ya con esas bases se estaría en un lugar que hoy no creo que lleguemos, por la senda en que ya hemos tomado.
El amateurismo fue devorado por el profesionalismo; quiero decir que lo sencillo, la vocación amorosa al hacer fue consumida por la desesperación, constante y alienada del poder, del dinero y de la fama.
Así es como hemos creado divisiones, que aparte de dividir generan guerras; y que aparte de generar guerras mata a todo a su paso. Porque pensamos que en una guerra, gran enfrentamiento o pequeño, solo mueren seres humanos y debo hacerles saber, recordarles y mostrarles que también mueren animales y plantas; es decir que mueren seres, de los cuales nosotros no los catalogamos como dignos de vida.
La religión era un juego de niños y termino siendo un calvario de grandes.
La gente se sienta en la silla que más le conviene, no para sus nalgas, sino para su conveniencia monetaria. Hemos perdido varios rumbos y creo que este es el de raíz.
Si tan solo fuesemos como pensamos que sería bueno ser, sería bello mundo para vivir.
Sobre este tema hay mucho que decir, que explicar y que ampliar; muchos temas para adentrarse y para generar una nueva explicación. Por hoy hasta aquí mi idea, hasta aquí mi pensar y opinión.
Cada vez que charlo con diversas personas de diversas religiones puedo comprender que mi concepto, el cual es libre y abarcativo, concuerda con las bases primarias de muchas de las religiones. Todavía faltan conocer mas religiones y, en parte, es por ello mi viajar y mi indagar; mi cuestionar y mi escuchar.
La sencilles no es algo malo. La sencilles en este caso es el despojo de ideas y de manipulaciones, de inseguridades y de miedos. La sencillez es el modo de poder comprender las cosas como realmente son, quitando los velos que nos han -y hemos- puesto en nuestra vista para que brillen las cosas tal cual nosotros deseamos.
Amor. Libertad. Hermandad. Cooperación. Fraternidad. Gozo. Comunicación. Coraje. Aceptación. Honestidad. Respeto.
Son pocas palabras, que aplicadas son millones de cambios para un mejor vivir.
-Por fecha 21/09/2013 -
Matías Hugo Figliola
Comentarios