Reía a carcajadas. Reía y no frenaba su reír.
Estaba disfrutando del momento que estaba viviendo.
Reía y mientras de sus ojos brotaban lágrimas, que para los conocedores de esos estadios son las gotas del "elixir del amor"; dicen que en ellas esta la totalidad y que al verlas bien de cerca se ve al cosmos.
Reía y elegía seguir riendo. Estaba gozando de ese momento, ¿cual hubiera sido el fin de detenerlo?
Reía y tan solo se permitía sentir lo que sentía.
Sentía, no pensaba. Si hubiera pensado, hubiera dejado de reír; y esto él lo sabía.
Reía en un ciclo de inspiración y exhalación. Reía en un ciclo de plenitud que es como dicen que se creó al universo.
El tan solo reía y sentía. Sentía y sabía. Sabiendo soltó, y soltando la divinidad lo habitó.
Y aquí es cuando la intriga ya ha llegado a su punto y me han detenido en mi historia para preguntarme por que era que reía el hombre, que había visto, hecho, dicho; que había ingerido o quien lo estaba haciendo reír.
Habiendo hecho una conexión con el final, ya que se había llegado al punto del deseo de saber, le digo por que reía esta persona. Me tomo mi tiempo, para generar más suspenso, y luego suelto la respuesta.
Esta respuesta flotó por el aire y embriago a los que estaban allí. No era una respuesta complicada ni tampoco rara; no era una respuesta filosófica ni tenía oculto nada en si misma.
Esta respuesta era sencilla, era suave y sutil. Esta respuesta era la respuesta que todos estaban sintiendo ya; era algo obvio. Algo obvio que obviamos por estar enfocados en necesidades, carencias y egos; por estar enfocados en dinero, deudas, prestigios, renombres, poder e importancia.
La respuesta fue tan solo esta:
El hombre se encuentra riendo porque esta gozando su vida. Está viviendo su presente, su existencia. Esta consciente de que el habita su propio espacio y siente todo, tanto en su interior como en su exterior, y lo vivencia como se debe vivenciar. Lo vivencia sabiendo que todo es divino, que el es divino y que sus hermanos también lo son.
En ningún momento se tocó el tema pero deseo comentarles que este hombre no era adinerado ni estaba en una buena clase social. Estaba viviendo como el común de la gente; trabajando como el común de la gente. Teniendo un techo, sencillo, como el común de la gente; amando a su familia, como algunas personas que son conscientes que se unieron a su pareja en este viaje y desearon multiplicar su existencia.
Este hombre era tan solo un hombre. Sabiéndose consciente de ello, era un holograma de la totalidad.
Y por ello reía el hombre, porque estaba viviendo su vida, eligiendo despierto. Aprendiendo de sus experiencias y eligiendo experimentar todo lo que se presentase en su presente.
Estaba disfrutando del momento que estaba viviendo.
Reía y mientras de sus ojos brotaban lágrimas, que para los conocedores de esos estadios son las gotas del "elixir del amor"; dicen que en ellas esta la totalidad y que al verlas bien de cerca se ve al cosmos.
Reía y elegía seguir riendo. Estaba gozando de ese momento, ¿cual hubiera sido el fin de detenerlo?
Reía y tan solo se permitía sentir lo que sentía.
Sentía, no pensaba. Si hubiera pensado, hubiera dejado de reír; y esto él lo sabía.
Reía en un ciclo de inspiración y exhalación. Reía en un ciclo de plenitud que es como dicen que se creó al universo.
El tan solo reía y sentía. Sentía y sabía. Sabiendo soltó, y soltando la divinidad lo habitó.
Y aquí es cuando la intriga ya ha llegado a su punto y me han detenido en mi historia para preguntarme por que era que reía el hombre, que había visto, hecho, dicho; que había ingerido o quien lo estaba haciendo reír.
Habiendo hecho una conexión con el final, ya que se había llegado al punto del deseo de saber, le digo por que reía esta persona. Me tomo mi tiempo, para generar más suspenso, y luego suelto la respuesta.
Esta respuesta flotó por el aire y embriago a los que estaban allí. No era una respuesta complicada ni tampoco rara; no era una respuesta filosófica ni tenía oculto nada en si misma.
Esta respuesta era sencilla, era suave y sutil. Esta respuesta era la respuesta que todos estaban sintiendo ya; era algo obvio. Algo obvio que obviamos por estar enfocados en necesidades, carencias y egos; por estar enfocados en dinero, deudas, prestigios, renombres, poder e importancia.
La respuesta fue tan solo esta:
El hombre se encuentra riendo porque esta gozando su vida. Está viviendo su presente, su existencia. Esta consciente de que el habita su propio espacio y siente todo, tanto en su interior como en su exterior, y lo vivencia como se debe vivenciar. Lo vivencia sabiendo que todo es divino, que el es divino y que sus hermanos también lo son.
En ningún momento se tocó el tema pero deseo comentarles que este hombre no era adinerado ni estaba en una buena clase social. Estaba viviendo como el común de la gente; trabajando como el común de la gente. Teniendo un techo, sencillo, como el común de la gente; amando a su familia, como algunas personas que son conscientes que se unieron a su pareja en este viaje y desearon multiplicar su existencia.
Este hombre era tan solo un hombre. Sabiéndose consciente de ello, era un holograma de la totalidad.
Y por ello reía el hombre, porque estaba viviendo su vida, eligiendo despierto. Aprendiendo de sus experiencias y eligiendo experimentar todo lo que se presentase en su presente.
- Por fecha 25/10/2013 -
Matías Hugo Figliola
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