Tus ojos se clavan en los míos,
mis ojos muerden el anzuelo.
Mis ojos mueven mi cuerpo,
y sin darme cuenta estoy cerca tuyo.
Las palabras salen a su ritmo,
las sonrisas visitan nuestras caras.
Los ojos son nuestro puente,
por ellos se generó esta conexión.
Las manos bailan dulcemente,
acariciando el aire y tu cuerpo.
Mientras el cuerpo se mueve,
flotando en un aire embriagado.
Ya es hora de partir, lo se.
Es hora en que de un beso y siga.
Mis ojos siguen tus ojos, lo se.
El vínculo ya no se acaba y esta hasta la próxima.
Y llegará la tarde en la que el sol confidente
nos acerque lo suficiente.
Y llegará el ocaso compinche,
empujándonos cerca el otro del uno.
Llegará aquel momento del beso,
eso ya ambos dos lo sabemos.
y será un momento en que el puente,
sea consumido por el acto y seamos pares en el juego del vivir.
mis ojos muerden el anzuelo.
Mis ojos mueven mi cuerpo,
y sin darme cuenta estoy cerca tuyo.
Las palabras salen a su ritmo,
las sonrisas visitan nuestras caras.
Los ojos son nuestro puente,
por ellos se generó esta conexión.
Las manos bailan dulcemente,
acariciando el aire y tu cuerpo.
Mientras el cuerpo se mueve,
flotando en un aire embriagado.
Ya es hora de partir, lo se.
Es hora en que de un beso y siga.
Mis ojos siguen tus ojos, lo se.
El vínculo ya no se acaba y esta hasta la próxima.
Y llegará la tarde en la que el sol confidente
nos acerque lo suficiente.
Y llegará el ocaso compinche,
empujándonos cerca el otro del uno.
Llegará aquel momento del beso,
eso ya ambos dos lo sabemos.
y será un momento en que el puente,
sea consumido por el acto y seamos pares en el juego del vivir.
- Por fecha 28/11/2013 -
Matías Hugo Figliola
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