Entre las secuelas de mis batallas, se encuentra mi voluntad.
Entre los pedazos, pequeños y grandes, desparramados por el piso se encuentra, todavía, mi corazón.
Entre risas y felicidad esta latiendo mi amor.
Entre mi hacer y mi respirar existe el deseo de crear.
Entre los dedos existe el espacio, el mismo espacio que existe entre un ser humano y otro.
Entre cada palpitar del corazón se encuentra el silencio que se puede llegar estando en paz con uno mismo.
Entre las palabras que se dicen y el inhalar para seguir hablando esta el momento de darse cuenta que podría ser mejor compartir con el otro, en vez de hablar sin cesar.
Entre una cachetada y una caricia solo existe diferencia en la intensidad del acto.
Entre un hermano y un desconocido existe el prejuicio de que no lo conozco, y por tanto no hay deseo de entablar ni una mínima posibilidad de vinculación, aunque tan solo sea por dos minutos.
Entre hacer el amor y tener relaciones el espacio que los separa es el mismo espacio de vinculación con el otro.
Entre saber y suponer habita la arrogancia de nuestro propio ego, preguntando es como se sabe.
Entre dos personas que se aman no debe haber, deber de obligación, relaciones sexuales.
Entre todo esto y tantas otras cosas más que hay existe un ser humano y otro, u otros. Uno que escribe y otros que leen.
Entre mi "yo" y tu "yo" solo existe separación cuando mi "yo egóico" y tu "yo egóico" habitan y se vinculan antes que nosotros lo hagamos.
Entre el despertar y el dormir esta solo el deseo de la consciencia.
Entre tantas cosas existen tantas cosas más, las cuales no vemos porque no nos permitimos ver.
Y entre tanto, escribí y pensé; leíste y pensaste, espero haya sido así. Y entre estas letras, frases y oraciones puede ser que nos vinculemos en algún modo. Y entre todo esto existe mi corazón que late, tan como el tuyo late.
Y entre las cosas no somos diferentes, los dos sentimos. Me duele lo que me dices y me haces, si lo haces desde tu odio, resentimiento o dolor; así como te duele lo que te hago o digo, si lo hago desde el mismo lugar.
Tan simple es la idea de separación. Tan simple es la idea de unidad.
Y seguimos eligiendo los "entre" de las cosas, para sentirnos separados. Y no elegimos ver que no hay una separación, sino un ciclo constante de las cosas, en si mismas.
Entre los pedazos, pequeños y grandes, desparramados por el piso se encuentra, todavía, mi corazón.
Entre risas y felicidad esta latiendo mi amor.
Entre mi hacer y mi respirar existe el deseo de crear.
Entre los dedos existe el espacio, el mismo espacio que existe entre un ser humano y otro.
Entre cada palpitar del corazón se encuentra el silencio que se puede llegar estando en paz con uno mismo.
Entre las palabras que se dicen y el inhalar para seguir hablando esta el momento de darse cuenta que podría ser mejor compartir con el otro, en vez de hablar sin cesar.
Entre una cachetada y una caricia solo existe diferencia en la intensidad del acto.
Entre un hermano y un desconocido existe el prejuicio de que no lo conozco, y por tanto no hay deseo de entablar ni una mínima posibilidad de vinculación, aunque tan solo sea por dos minutos.
Entre hacer el amor y tener relaciones el espacio que los separa es el mismo espacio de vinculación con el otro.
Entre saber y suponer habita la arrogancia de nuestro propio ego, preguntando es como se sabe.
Entre dos personas que se aman no debe haber, deber de obligación, relaciones sexuales.
Entre todo esto y tantas otras cosas más que hay existe un ser humano y otro, u otros. Uno que escribe y otros que leen.
Entre mi "yo" y tu "yo" solo existe separación cuando mi "yo egóico" y tu "yo egóico" habitan y se vinculan antes que nosotros lo hagamos.
Entre el despertar y el dormir esta solo el deseo de la consciencia.
Entre tantas cosas existen tantas cosas más, las cuales no vemos porque no nos permitimos ver.
Y entre tanto, escribí y pensé; leíste y pensaste, espero haya sido así. Y entre estas letras, frases y oraciones puede ser que nos vinculemos en algún modo. Y entre todo esto existe mi corazón que late, tan como el tuyo late.
Y entre las cosas no somos diferentes, los dos sentimos. Me duele lo que me dices y me haces, si lo haces desde tu odio, resentimiento o dolor; así como te duele lo que te hago o digo, si lo hago desde el mismo lugar.
Tan simple es la idea de separación. Tan simple es la idea de unidad.
Y seguimos eligiendo los "entre" de las cosas, para sentirnos separados. Y no elegimos ver que no hay una separación, sino un ciclo constante de las cosas, en si mismas.
- Por fecha 01/01/2014 -
Matías Hugo Figliola
Comentarios