Hace poco comprendí una frase que es usada desde hace varios largos años; pero la comprendí desde mi lugar, desde mi óptica y desde mi punto funcional, es decir que la entendí para aplicarla como a mi me sirva, como algo positivo para mi.
La frase es "La oveja negra de la familia". Se le puede quitar familia y se le puede insertar allí cualquier palabra que deseen, como ser: amigos, grupo, sociedad, trabajo y algunas otras más también.
Hace poco comprendí que ser la "oveja negra" no es malo. Es, realmente, algo hermoso de ser. Uno es el que tiene otro color, hace otro sonido, camina de diferente forma y con diferente estilo.
Ser la oveja negra es la carga, que es obligación por detrás, de ser los primeros; de estar haciendo, diciendo, pensando, sintiendo y comunicando de forma diversa.
Ser la oveja negra es darle un nuevo color a la monotonía que el cerebro tiene sobre las posibilidades, sobre las elecciones, sobre los gustos y sobre los valores.
Ser la oveja negra es salirse de la pauta pre establecida de andar, hacer, vestir, sonar y vivir de tal o cual modo.
Y no digo con esto ser contrario ni ser conflictivo ni subversivo ni hacer guerras ni guerrillas. Digo que ser la oveja negra es ser, en el hacer, el cambio para la nueva posición en la vida. Una posición pro vida, una posición abierta a la vida, con sonrisa y deseos de vivirla. Una posición de hermandad, amor, respeto, libertad, cooperación y varios valores más que no se usan.
Valores que están pasando por sobre la barrera de los códigos, que son estructuras dentro de uno mismo en vez de ser cosas que uno aprecia pero no nos restringen. Los códigos son rigidez en si mismos.
Y es por ello que puedo sentirme oveja negra y decirlo y sonreír y disfrutarlo.
Soy un nuevo color, en verdad dicen el color negro para desanimar a la gente, quitarles el anima, el alma. Dicen que es oveja negra para que nadie quiera serlo, aun cuando dentro de cada uno este el deseo.
Nadie quiere ser el color negro, es algo que nos enseñaron con muchísimos trucos y trampas. Y debo decir que el color negro es nada más que un color, la carga radica en uno.
Por ello hoy digo con orgullo, placer y perseverancia: "Soy una oveja negra" y tan solo lo soy para mostrar que existe la posibilidad de seguir siendo oveja, aun cuando se sea de otro color.
La frase es "La oveja negra de la familia". Se le puede quitar familia y se le puede insertar allí cualquier palabra que deseen, como ser: amigos, grupo, sociedad, trabajo y algunas otras más también.
Hace poco comprendí que ser la "oveja negra" no es malo. Es, realmente, algo hermoso de ser. Uno es el que tiene otro color, hace otro sonido, camina de diferente forma y con diferente estilo.
Ser la oveja negra es la carga, que es obligación por detrás, de ser los primeros; de estar haciendo, diciendo, pensando, sintiendo y comunicando de forma diversa.
Ser la oveja negra es darle un nuevo color a la monotonía que el cerebro tiene sobre las posibilidades, sobre las elecciones, sobre los gustos y sobre los valores.
Ser la oveja negra es salirse de la pauta pre establecida de andar, hacer, vestir, sonar y vivir de tal o cual modo.
Y no digo con esto ser contrario ni ser conflictivo ni subversivo ni hacer guerras ni guerrillas. Digo que ser la oveja negra es ser, en el hacer, el cambio para la nueva posición en la vida. Una posición pro vida, una posición abierta a la vida, con sonrisa y deseos de vivirla. Una posición de hermandad, amor, respeto, libertad, cooperación y varios valores más que no se usan.
Valores que están pasando por sobre la barrera de los códigos, que son estructuras dentro de uno mismo en vez de ser cosas que uno aprecia pero no nos restringen. Los códigos son rigidez en si mismos.
Y es por ello que puedo sentirme oveja negra y decirlo y sonreír y disfrutarlo.
Soy un nuevo color, en verdad dicen el color negro para desanimar a la gente, quitarles el anima, el alma. Dicen que es oveja negra para que nadie quiera serlo, aun cuando dentro de cada uno este el deseo.
Nadie quiere ser el color negro, es algo que nos enseñaron con muchísimos trucos y trampas. Y debo decir que el color negro es nada más que un color, la carga radica en uno.
Por ello hoy digo con orgullo, placer y perseverancia: "Soy una oveja negra" y tan solo lo soy para mostrar que existe la posibilidad de seguir siendo oveja, aun cuando se sea de otro color.
- Por fecha 11/01/2014 -
Matías Hugo Figliola
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