Hoy estuve en el bautismo de una persona; estuve viendo y viviendo la ceremonia Estuve escuchando lo que se decía y como se lo decía.
Hubieron dos cosas que me llamaron la atención, cosas tradicionales que después de un tiempo uno se olvida.
La primera es que lo que se dice en la biblia y los extractos que leyó el reverendo fueron muy interesantes, honestos y bellos; en ellos hablaba del amor, del respeto, de la libertad, de la cooperación, de que lo material no es la meta del vivir. Comentaba que hay que honrar y respetar la vida, multiplicar la palabra de Jesús, el cual hablaba sobre el despertar de que somos seres humanos divinos, con todos las posibilidades para realizarnos.
Comento sobre la importancia de la educación, del ejemplo y de como debemos ser conscientes de la vida humana y de que somos hermanos.
Lo segundo que me llamo la atención es como esto se vio tapado por un velo religioso que imponía, esta fue la palabra utilizada por el "imposición", sus ordenes -mandatos- a las personas y sobre todo lo bello que había dicho antes ponía un manto de obligaciones hacia una entidad religiosa.
No soy cristiano, tampoco judío ni ateo; no me encuentro entre los protestantes ni soy musulmán; tampoco budista, taoísta ni hereje..
Soy un ser humano que concibe que hay muchos planteos y modos de vivir la vida que son muy interesantes. Casi todas las religiones hablan desde el mismo lugar, plantean las mismas cosas; iluminan al ser humano para que este sea consciente de su vida, de su don; pero casi todas las religiones tapan todo esto con un tinte particular y este tinte es el que hace que todo lo bello se pierda en bloqueos y rechazos.
Y digo "casi todas" porque la totalidad no existe realmente.
Amarse el uno al otro. Haz como te gustaría que te hagan. Cooperación. Dar el buen ejemplo. Concebir que la vida no es dinero ni posesiones. Respirar y poder mirar la vida desde nosotros mismos, sin ocultar ni ocultar; sin negar ni negarnos.
Esto es lo que me llevo a reflexionar estar en un bautismo, viendo un ritual milenario y viendo el valor de las palabras y de las acciones
Hubieron dos cosas que me llamaron la atención, cosas tradicionales que después de un tiempo uno se olvida.
La primera es que lo que se dice en la biblia y los extractos que leyó el reverendo fueron muy interesantes, honestos y bellos; en ellos hablaba del amor, del respeto, de la libertad, de la cooperación, de que lo material no es la meta del vivir. Comentaba que hay que honrar y respetar la vida, multiplicar la palabra de Jesús, el cual hablaba sobre el despertar de que somos seres humanos divinos, con todos las posibilidades para realizarnos.
Comento sobre la importancia de la educación, del ejemplo y de como debemos ser conscientes de la vida humana y de que somos hermanos.
Lo segundo que me llamo la atención es como esto se vio tapado por un velo religioso que imponía, esta fue la palabra utilizada por el "imposición", sus ordenes -mandatos- a las personas y sobre todo lo bello que había dicho antes ponía un manto de obligaciones hacia una entidad religiosa.
No soy cristiano, tampoco judío ni ateo; no me encuentro entre los protestantes ni soy musulmán; tampoco budista, taoísta ni hereje..
Soy un ser humano que concibe que hay muchos planteos y modos de vivir la vida que son muy interesantes. Casi todas las religiones hablan desde el mismo lugar, plantean las mismas cosas; iluminan al ser humano para que este sea consciente de su vida, de su don; pero casi todas las religiones tapan todo esto con un tinte particular y este tinte es el que hace que todo lo bello se pierda en bloqueos y rechazos.
Y digo "casi todas" porque la totalidad no existe realmente.
Amarse el uno al otro. Haz como te gustaría que te hagan. Cooperación. Dar el buen ejemplo. Concebir que la vida no es dinero ni posesiones. Respirar y poder mirar la vida desde nosotros mismos, sin ocultar ni ocultar; sin negar ni negarnos.
Esto es lo que me llevo a reflexionar estar en un bautismo, viendo un ritual milenario y viendo el valor de las palabras y de las acciones
- Por fecha 12/02/2014 -
Matías Hugo Figliola
Comentarios