El bote flota en el inmenso lago. Flota aunque en su parte inferior tiene un agujero y a través de él, el agua va entrando al pequeño y bello bote.
El agua comenzó entrando a gran caudal hasta que un dedo tapó el flujo. Aún así el agua se hace su camino y continuo ocupando la superficie seca.
Gota tras gota, hasta que una camisa y el dedo taparon mejor el agujero.
Aún así, minúscula gota tras minúscula gota continua su proceso; aun a través de una camisa y de un dedo que entra a presión en el agujero.
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Una piedra plana es puesta sobre otra piedra plana. Sobre ella otra piedra plana es puesta y sobre ella otra más. Así va haciéndose una torre de piedras planas, una tras otra; una sobre otra.
Hay veinte piedras planas y sobre ellas se posa la piedra plana número veintiuno.
El efecto es sorprendente, se puede ver desde unos diez metros una torre de piedras planas que pasan los dos metros de altura. Y sobre ellas otra piedra plana se ubica suavemente.
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Uno tras uno los músculos se van tensionando y dándole fuerza al brazo que se encuentra apoyado sobre una madera muy gruesa. Los músculos continúan su presión y la van multiplicando hacia la mano que se encuentra apoyada en la madera.
La segunda mano se posa sobre la primera, la presión se multiplica como también la intensidad de fuerza y energía.
Los brazos ya no alcanzan y los hombros se doblan, la espalda se tuerce y ya se encuentran muchísimos músculos involucrados en esta presión y esta energía que va direccionada hacia las dos manos; las cuales se encuentran apoyadas sobre una madera. Madera que esta intentando vencer y doblegar.
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Estas tres historias están inconclusas en si mismas, aunque estas tres historias están vinculadas en si mismas. Hay un solo final real para ellas; y un final diverso especifico en cada una.
El final especifico es relativo e imaginario de cada uno. El final real es una realidad en si mismo.
La menor gota de agua es una gota más a la totalidad de las gotas que son un charco o un lago o hasta el océano
La piedra plana, que es nuestro creer que es plana, tiene una pequeña curvatura y la pila de piedras planas dejo de ser plana.
La presión siempre puede ir aumentando sobre un objeto.
Hubo una gota más y el bote se hundió.
Hubo una piedra más y la pila se cayó.
Hubo un poco más de fuerza, desde las pantorrillas hasta el cuello, y la madera se rompió.
Todo tiene una masa crítica, es decir que todo tiene su propio punto de inflexión. Todo deja de ser lo que era no por la gran cantidad, sino por el pequeñísimo aporte.
Todo tiene una consecuencia, todo repercute en el todo y en sus partes; como también afecta al rededor que esta estrechamente vinculado con la situación, cualquiera sea esta.
Después, las historias pueden terminar de diversas formas:
Que el bote se hundió, pero que había llegado a la orilla mediante el viento y el oleaje.
Las piedras se cayeron y la persona que las iba apilando comprendió la teoría de los sucesos en cadena, o creó el juego del dominó.
El niño logro romper la tabla, la misma tabla que logró quitarle el diente de leche. El diente de leche que justamente le estaba molestando hace varios días.
El agua comenzó entrando a gran caudal hasta que un dedo tapó el flujo. Aún así el agua se hace su camino y continuo ocupando la superficie seca.
Gota tras gota, hasta que una camisa y el dedo taparon mejor el agujero.
Aún así, minúscula gota tras minúscula gota continua su proceso; aun a través de una camisa y de un dedo que entra a presión en el agujero.
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Una piedra plana es puesta sobre otra piedra plana. Sobre ella otra piedra plana es puesta y sobre ella otra más. Así va haciéndose una torre de piedras planas, una tras otra; una sobre otra.
Hay veinte piedras planas y sobre ellas se posa la piedra plana número veintiuno.
El efecto es sorprendente, se puede ver desde unos diez metros una torre de piedras planas que pasan los dos metros de altura. Y sobre ellas otra piedra plana se ubica suavemente.
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Uno tras uno los músculos se van tensionando y dándole fuerza al brazo que se encuentra apoyado sobre una madera muy gruesa. Los músculos continúan su presión y la van multiplicando hacia la mano que se encuentra apoyada en la madera.
La segunda mano se posa sobre la primera, la presión se multiplica como también la intensidad de fuerza y energía.
Los brazos ya no alcanzan y los hombros se doblan, la espalda se tuerce y ya se encuentran muchísimos músculos involucrados en esta presión y esta energía que va direccionada hacia las dos manos; las cuales se encuentran apoyadas sobre una madera. Madera que esta intentando vencer y doblegar.
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Estas tres historias están inconclusas en si mismas, aunque estas tres historias están vinculadas en si mismas. Hay un solo final real para ellas; y un final diverso especifico en cada una.
El final especifico es relativo e imaginario de cada uno. El final real es una realidad en si mismo.
La menor gota de agua es una gota más a la totalidad de las gotas que son un charco o un lago o hasta el océano
La piedra plana, que es nuestro creer que es plana, tiene una pequeña curvatura y la pila de piedras planas dejo de ser plana.
La presión siempre puede ir aumentando sobre un objeto.
Hubo una gota más y el bote se hundió.
Hubo una piedra más y la pila se cayó.
Hubo un poco más de fuerza, desde las pantorrillas hasta el cuello, y la madera se rompió.
Todo tiene una masa crítica, es decir que todo tiene su propio punto de inflexión. Todo deja de ser lo que era no por la gran cantidad, sino por el pequeñísimo aporte.
Todo tiene una consecuencia, todo repercute en el todo y en sus partes; como también afecta al rededor que esta estrechamente vinculado con la situación, cualquiera sea esta.
Después, las historias pueden terminar de diversas formas:
Que el bote se hundió, pero que había llegado a la orilla mediante el viento y el oleaje.
Las piedras se cayeron y la persona que las iba apilando comprendió la teoría de los sucesos en cadena, o creó el juego del dominó.
El niño logro romper la tabla, la misma tabla que logró quitarle el diente de leche. El diente de leche que justamente le estaba molestando hace varios días.
- Por fecha 10/02/2014 -
Matías Hugo Figliola
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