No estamos cómodos como estamos, entonces vemos si hacemos o no. El hacer conlleva un cambio que deviene en otros cambios y nos aterran los cambios.
Pensamos, casi todos pensamos, que un lugar calmo es seguro y a veces me recuerdo que no es así. El lugar calmo puede ser un féretro y no creo que sea un lugar muy seguro a mi ver.
Entonces, estamos en hacer y mientras rechazamos ese hacer; y por el otro lado se encuentran las emociones e ideas que giran y pulsan dentro nuestro.
Estas ideas, emociones, sensaciones y dolores -angustia, ansiedad, mal estar, etc- se mueven constantemente manteniéndonos conscientes de que no estamos cómodos; de que aunque creemos elegir no hacer estamos martirizándonos por el no hacer que elegimos, que en verdad no es así.
Estamos eligiendo no darnos una respuesta. Ni por acción ni por liberación. Estamos eligiendo residir en el limbo de la indecisión y el abandono.
Elegimos no hacer y reprimir todas esas emociones que están. Emociones que todos sabemos no se van ni son reprimidas realmente.
He adoptado, para asimilar, un nuevo modo de hacer. Siempre existen opciones para todo y yo elijo y determino cuales son mis opciones.
Me han dicho que soy extremista, que vivo en blanco y negro, y luego de rechazarlo he caído en cuenta que es verdad. Esta determinación es extrema, y ha transitado un proceso de evolución y maduración interno el cual me lleva naturalmente a una elección. Elección la cual parece, desde un afuera, extremista, y parece así porque en mi decisión no estoy explicando el proceso interno que se ha llevado hasta tal punto.
A veces si explico tan solo para mostrar como es que el día pasa a ser noche y como el sol pasa a ocultarse y sale, en su lugar -o en su nombre-, la luna.
Es por ello que hoy tengo tres opciones, de las cuales veo tan solo dos viables.
Las tres opciones son:
- Hacer algo al respecto
- Soltar internamente las emociones que están desestabilizándome y darme una respuesta positiva a mi mismo y con ello aprendizaje
- No hacer y mantenerme en un debate interno, que en verdad es un conflicto, el cual consume mi energía vital.
La tercera no es una opción, ya no la veo como opción. En un tiempo si la vi como posibilidad y también la he elegido.
Hacer algo al respecto o soltar y liberarme de emociones toxicas y juicios infundados, entre otras cosas-. Estas dos opciones las concibo posibles. Las percibo como sanas y que me representan en mi honestidad.
Hacer cuando merece, desde un valor interno, el hacer.
Soltar, sanar y amar... siempre
Pensamos, casi todos pensamos, que un lugar calmo es seguro y a veces me recuerdo que no es así. El lugar calmo puede ser un féretro y no creo que sea un lugar muy seguro a mi ver.
Entonces, estamos en hacer y mientras rechazamos ese hacer; y por el otro lado se encuentran las emociones e ideas que giran y pulsan dentro nuestro.
Estas ideas, emociones, sensaciones y dolores -angustia, ansiedad, mal estar, etc- se mueven constantemente manteniéndonos conscientes de que no estamos cómodos; de que aunque creemos elegir no hacer estamos martirizándonos por el no hacer que elegimos, que en verdad no es así.
Estamos eligiendo no darnos una respuesta. Ni por acción ni por liberación. Estamos eligiendo residir en el limbo de la indecisión y el abandono.
Elegimos no hacer y reprimir todas esas emociones que están. Emociones que todos sabemos no se van ni son reprimidas realmente.
He adoptado, para asimilar, un nuevo modo de hacer. Siempre existen opciones para todo y yo elijo y determino cuales son mis opciones.
Me han dicho que soy extremista, que vivo en blanco y negro, y luego de rechazarlo he caído en cuenta que es verdad. Esta determinación es extrema, y ha transitado un proceso de evolución y maduración interno el cual me lleva naturalmente a una elección. Elección la cual parece, desde un afuera, extremista, y parece así porque en mi decisión no estoy explicando el proceso interno que se ha llevado hasta tal punto.
A veces si explico tan solo para mostrar como es que el día pasa a ser noche y como el sol pasa a ocultarse y sale, en su lugar -o en su nombre-, la luna.
Es por ello que hoy tengo tres opciones, de las cuales veo tan solo dos viables.
Las tres opciones son:
- Hacer algo al respecto
- Soltar internamente las emociones que están desestabilizándome y darme una respuesta positiva a mi mismo y con ello aprendizaje
- No hacer y mantenerme en un debate interno, que en verdad es un conflicto, el cual consume mi energía vital.
La tercera no es una opción, ya no la veo como opción. En un tiempo si la vi como posibilidad y también la he elegido.
Hacer algo al respecto o soltar y liberarme de emociones toxicas y juicios infundados, entre otras cosas-. Estas dos opciones las concibo posibles. Las percibo como sanas y que me representan en mi honestidad.
Hacer cuando merece, desde un valor interno, el hacer.
Soltar, sanar y amar... siempre
- Por fecha 04/04/2014 -
Matías Hugo Figliola
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