Ir al contenido principal

Sin decir un adiós

Me agarro del brazo con un acto desesperado por detenerme. Me detuvo, me retuvo, y yo me di vuelta.
La mire a sus ojos, que ya no eran los que me vinculaban, aquellos ojos que resplandecían y mostraban verdades estaban ya cubiertos por un velo que me demostraba lo que estaba existiendo dentro de ella.
La mire y me despedí sin decir palabras; me despedí con una sonrisa y haciéndole saber que no había mas que sentimiento de amor por la persona que yo sabia que ella era; por aquella persona que ella había ocultado detrás de un velo, escusas y silencios.

Su mano siguió reteniéndome, más suavemente. Yo gire nuevamente mi cuerpo, direccioné mi intención y me dispuse a seguir mi camino. Sentí su brazo como un despido agónico, acompañado de un silencio forzado que había elegido para que le haga de vocera.

Mi cuerpo se soltó de aquella mano; de aquella mano que antes había gozado del sutil y casual roce con mi cuerpo.
Supe que estaba todo en orden; me supe yo bien y esto me dio serenidad y confianza. No habían deudas pendientes, no habían palabras a decir, no habían cosas que hacer ni habían lagrimas que verter.

Este adiós nunca fue un adiós, ni lo será. Me despedí, hasta la próxima, sin decirle nada a quien me miraba; ya que aquella persona ya no era quien antes había sido.
Y no le dije nada porque ya no habían mas cosas que decir, ni reclamos ni gritos; ya había dicho y hecho desde mi corazón y sabiéndome honesto en mi hacer, decir y sentir la libertad me había habitado y, como un pájaro fuera de una jaula, extendí mis alas, mis pies, y dispuse mi cuerpo a volar, a andar, por mi vida sin jaulas, sin trabas ni silencios.

Allí me vio partir sin decirme nada, sin poder decir nada; era su nueva carga.
Y yo partí, sin verla parada allí; ella ya no existía para mi. Sabiendo que lo que me espera es una nueva y mejor experiencia, teniendo los mejores recuerdos y experiencias de esta bella experiencia.

- Por fecha 11/03/2014 - 

Matías Hugo Figliola

Comentarios

Entradas más populares de este blog

FRASES XXXXXVI

Calla mi cabeza y escucho el latir de mi corazón. Siento la inhalación y exhalación. Soy parte de este mundo, de la realidad, y no de las ideas - Cuantas veces he sido prisionero de mis ideas; y yo que pensaba que me estaban dando concejos - Estático como poste, sin poder mover ni un musculo. Aparentando que estoy sano y que sirvo. He olvidado que era naturaleza; como el poste, que antes era árbol - Por fecha 14/09/2014 -  Expectativa Cero

Mejor es

Queriendo estar seguro, me encierro en mi "casa" y miro la inseguridad, a través de mi "ventana", a todo lo que por fuera pasa. Encerrado dentro de mi "casa" temo por mi seguridad. La inseguridad y la seguridad se unen por opuestos; se unen porque dentro mío está el mismo sentimiento de miedo. Ese modo de ver, pensar y sentir la vida en el que todo es peligroso para mi. Así me encierro y me aíslo; así me pongo agresivo y agravio. Así temo y ataco; así no-vivo y muero. Estar encerrado, cuidándome, es estar estático; sin movimiento. La vida tiene por premisa el cambio y el movimiento. Es por ello que cada vez que me encuentro mirando a través de aquella "ventana", me detengo y corrijo. Veo que estoy eligiendo y donde estoy habitando; si mi vida o mi muerte. Mejor estar andando, haciendo y tomando riesgos que estar aislado, estático y con miedo. Mejor es vivir y no estar muerto en vida. Expectativa Cero

Historia verídica

Tenía pocas monedas y las gasto en vino y comida. Tenía pocas poseciones y lo poco que llevaba era lo que le daba calor y cuidado. Tenía poco tiempo de estar en aquel lugar y solo se sentó y relajo. Pareciera que era el fin de sus momentos o que tan solo vivía abandonado de si mismo. Tenía una sonrisa en su cara y esta brillaba por todo su cuerpo. Tenía un solo cuerpo y este era su templo más divino. Tenía calma en su respirar y esta era el motor con cual el corazón latía y vivía. Parecia que se encontraba en un letargo al cual había llegado por estar ausente de si mismo. Y él pensaba, mientras todos lo miraban. Habito mi vida y elijo que crear con ella. Habito mi propio espacio y por ello no ando corriendo de lugar en lugar. Existo en el aqui y ahora y este es mi mejor lugar y con ello me basta para sentirme en gloria. Inhalaba y exhalaba a cada voluntad de su cuerpo y ello era la mismisima confirmación de su existencia. Y el pensaba, mientras todos corrian ¿Que di...