Reordenando ideas dentro mio, reordenando valores dentro mio. Reordenándome a mi dentro mio.
Ubicando lo valioso en mi propio eje, dejando que lo tóxico se vaya desprendiendo de mi, mientras me va nutriendo de aprendizajes y experiencias.
Tener el poder de mi mismo, de mis ideas, de mis sentimientos, de mis pensamientos, de mis palabras, de mis actos.
Darme una respuesta madura ante las situaciones que acontecen en mi vida, tanto en mi interior como en mi exterior. Saber que camino en esta tierra, veo desde el siento y siento vinculándome entre el cielo y la tierra.
Recordar, pues estoy seguro de que ya lo se, que soy el creador de mi experiencia, de mi vida.
Abrir mis ojos y estar despierto a lo que me molesta, enoja y disgusta del otro ya que esto es, por reflejo, mío realmente.
Aceptar y dejar el orgullo de lado.
Ver lo peor de mi y amarme.
Colmar mi carencia no con objetos, ni ruidos, ni espejismos. Colmar mi carencia con amor, ese amor que proviene del todo y de todo, de cada gesto, cada aroma, cada inhalación y exhalación. La carencia es una necesidad insatisfecha y las necesidades no están para ser satisfechas. Las necesidades están para ser purificadas, ser elevadas y transmutadas.
Sonreír mejor, reír mejor. Andar con gracia por esta tierra que me sostiene; acariciar al aire que me alimenta. Abrazar a los arboles que me asisten dándome el oxígeno que tan relevante es para mi vida.
Saberme parte del todo. Liberarme de los mandatos y mandamientos. Darme rienda suelta a la locura de vivir despierto y libre.
Amar, sin velos. Volar, entre pisada y pisada. Abrazar, como si me estuviese abrazando a mi mismo.
Llorar de felicidad, ya que es un estado de belleza en si mismo.
Tenemos todo y no nos damos cuenta. Tengo todo y no me doy cuenta.
Abro mi mano esperando recibir algo, hasta que recuerdo que el universo es una palma y me tiene en él, cuidándome y dándome la libertad de vivir mi vida libremente.
Esta vida es mi actual experiencia, mi actual aprendizaje y mi total realidad. Lo que fuí y seré no es relevante, son historias o ficción y ninguna de ambas esta en la realidad del presente.
Vivo y el universo me lo recuerda a cada instante; deseo estar despierto y poder escucharlo en todo momento.
Pido al universo su asistencia. Pido a los maestros me muestren mis aprendizajes. Pido a mi mejor parte, me acompañe y guíe en este proceso de aprendizaje que es mi vida.
Pido y abro mis manos, sin esperar.
Pido y abro mi corazón, acto que las culturas milenarias sabían hacer.
Hoy, pido
Ubicando lo valioso en mi propio eje, dejando que lo tóxico se vaya desprendiendo de mi, mientras me va nutriendo de aprendizajes y experiencias.
Tener el poder de mi mismo, de mis ideas, de mis sentimientos, de mis pensamientos, de mis palabras, de mis actos.
Darme una respuesta madura ante las situaciones que acontecen en mi vida, tanto en mi interior como en mi exterior. Saber que camino en esta tierra, veo desde el siento y siento vinculándome entre el cielo y la tierra.
Recordar, pues estoy seguro de que ya lo se, que soy el creador de mi experiencia, de mi vida.
Abrir mis ojos y estar despierto a lo que me molesta, enoja y disgusta del otro ya que esto es, por reflejo, mío realmente.
Aceptar y dejar el orgullo de lado.
Ver lo peor de mi y amarme.
Colmar mi carencia no con objetos, ni ruidos, ni espejismos. Colmar mi carencia con amor, ese amor que proviene del todo y de todo, de cada gesto, cada aroma, cada inhalación y exhalación. La carencia es una necesidad insatisfecha y las necesidades no están para ser satisfechas. Las necesidades están para ser purificadas, ser elevadas y transmutadas.
Sonreír mejor, reír mejor. Andar con gracia por esta tierra que me sostiene; acariciar al aire que me alimenta. Abrazar a los arboles que me asisten dándome el oxígeno que tan relevante es para mi vida.
Saberme parte del todo. Liberarme de los mandatos y mandamientos. Darme rienda suelta a la locura de vivir despierto y libre.
Amar, sin velos. Volar, entre pisada y pisada. Abrazar, como si me estuviese abrazando a mi mismo.
Llorar de felicidad, ya que es un estado de belleza en si mismo.
Tenemos todo y no nos damos cuenta. Tengo todo y no me doy cuenta.
Abro mi mano esperando recibir algo, hasta que recuerdo que el universo es una palma y me tiene en él, cuidándome y dándome la libertad de vivir mi vida libremente.
Esta vida es mi actual experiencia, mi actual aprendizaje y mi total realidad. Lo que fuí y seré no es relevante, son historias o ficción y ninguna de ambas esta en la realidad del presente.
Vivo y el universo me lo recuerda a cada instante; deseo estar despierto y poder escucharlo en todo momento.
Pido al universo su asistencia. Pido a los maestros me muestren mis aprendizajes. Pido a mi mejor parte, me acompañe y guíe en este proceso de aprendizaje que es mi vida.
Pido y abro mis manos, sin esperar.
Pido y abro mi corazón, acto que las culturas milenarias sabían hacer.
Hoy, pido
- Por fecha 05/08/2014 -
Expectativa Cero
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