Corrían los tiempos donde la falta era abundancia; en aquellos tiempos donde había escasez de agua, de comida, de ropa, de abrigo y de sol.
En aquellos tiempos todo estaban desesperados, codiciando al otro; viendo que poder obtener de él ya que ellos no lo tenían -aunque tan solo fuese una camisa rasgueada-.
En esos tiempo, todo era neblina, tanto en el smog de las calles como en la vista de la gente.
Esos tiempos eran peligrosos para el más adinerado o para el más pobre, por igual. Allí nadie decidía quien reinaba, ni cuando era el momento de morir.
Esos tiempo parecieran haber terminado; pero tan solo parecieran... es el espejismo del progreso que nos tienen atontados.
Estaba todo como esta todo; esta todo como hemos hecho que este todo.
Todo está como hemos elegido que esté.
Hoy nos matamos unos a otros, con armas, con desprecios, con maltrato, con abandono, con negación.
Hoy nos odiamos unos a otros y nos codiciamos por bienes materiales que no tienen ningún valor real. -¿De que serviría un auto sin nadie que lo maneje?-.
Hoy estamos al borde del abismo, para caernos al abandono y a la negación de nosotros mismos.
Hoy es el día "d"; el día "d" cambiar, "d" hacer, "d" darse una respuesta por primera vez y tener el coraje de escucharse a uno mismo la respuesta.
Porque el pasado nos trajo hasta aquí; pero el presente es el que nos guiará -con nuestras elecciones- al futuro.
Aquí no existe nada ni nadie malvado; aquí no existe ese pasado milenario macabro ni sangriento.
Aquí no existen deudas ni obligaciones.
Aquí existe el momento de respirar, de inhalar y exhalar y sentirse vivo -para luego saberse vivo-.
Aquí es el único momento en el que existo, el pasado me ha traído hasta aquí; pero de aquí hasta la eternidad es mi elección por donde y como andar.
Aquí es el exacto momento en el que existo. Eternamente aquí. Siempre aquí. Siempre ahora.
En aquellos tiempos todo estaban desesperados, codiciando al otro; viendo que poder obtener de él ya que ellos no lo tenían -aunque tan solo fuese una camisa rasgueada-.
En esos tiempo, todo era neblina, tanto en el smog de las calles como en la vista de la gente.
Esos tiempos eran peligrosos para el más adinerado o para el más pobre, por igual. Allí nadie decidía quien reinaba, ni cuando era el momento de morir.
Esos tiempo parecieran haber terminado; pero tan solo parecieran... es el espejismo del progreso que nos tienen atontados.
Estaba todo como esta todo; esta todo como hemos hecho que este todo.
Todo está como hemos elegido que esté.
Hoy nos matamos unos a otros, con armas, con desprecios, con maltrato, con abandono, con negación.
Hoy nos odiamos unos a otros y nos codiciamos por bienes materiales que no tienen ningún valor real. -¿De que serviría un auto sin nadie que lo maneje?-.
Hoy estamos al borde del abismo, para caernos al abandono y a la negación de nosotros mismos.
Hoy es el día "d"; el día "d" cambiar, "d" hacer, "d" darse una respuesta por primera vez y tener el coraje de escucharse a uno mismo la respuesta.
Porque el pasado nos trajo hasta aquí; pero el presente es el que nos guiará -con nuestras elecciones- al futuro.
Aquí no existe nada ni nadie malvado; aquí no existe ese pasado milenario macabro ni sangriento.
Aquí no existen deudas ni obligaciones.
Aquí existe el momento de respirar, de inhalar y exhalar y sentirse vivo -para luego saberse vivo-.
Aquí es el único momento en el que existo, el pasado me ha traído hasta aquí; pero de aquí hasta la eternidad es mi elección por donde y como andar.
Aquí es el exacto momento en el que existo. Eternamente aquí. Siempre aquí. Siempre ahora.
- Por fecha 27/12/2014 -
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