¿Cómo es que medimos el valor de las cosas?. ¿Cómo es que medimos nuestro propio valor?.
Hemos aprendido a medir el valor de las cosas por la plata; y el valor de la gente, por la dependencia o el abuso.
Hemos ordenado nuestra de valores desordenadamente.
Le damos valor a un auto o unos zapatos y no valoramos un brote que está asomándose a la superficie de la tierra.
Le damos valor al ego o a la apariencia y no valoramos lo que sentimos.
Valoramos las emociones como regentes de nuestras acciones; y tan solo nos hacen reaccionar, sin ser conscientes de lo que hacemos realmente.
Valoramos lo que nos ponemos como si en ello se jugase nuestra reputación e importancia; y tan solo es tela de diversa forma y color, la cual sirve para usarse nada más.
El valor por si mismo ha sido alienado. El valor ya no vale por si mismo; ahora es la carga que uno le pone, la que le da o quita valor a las cosas o personas.
Las cosas y las personas tienen valor por si mismas. Tienen un valor, el cual no se le puede quitar o agregar.
Valorar las cosas es darle la importancia que tienen. Es darle el tiempo y el lugar debido a todo cuanto sucede.
Corremos para un futuro, escapando de un pasado. Corremos de un dolor y miedo, hacia un fracaso.
Tan solo podemos ver, vivir, sentir el valor de las cosas estando en el presente.
Valorar las cosas nos trae al aquí-ahora, que termina siendo la eternidad en si misma.
Valorar las personas nos conecta con el vínculo, que nos une con los "otros" que son nuestros hermanos y que cumple su ciclo en el vincular a uno con uno.
Saber la importancia de las cosas; saber la importancia de los vínculos.
Saber es tomar consciencia y tomar partido; es ser parte de lo que sucede.
Si uno no sabe, acepta como le dicen que es.
Valorar a un otro.
Valorar a las cosas.
Valorar a uno mismo.
Valorar la vida que sucede a cada instante; y que damos por sentado.
- Por fecha 15/12/2014 -
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