Corrían los días de la modernidad, en los cuales todo era tecnología y posesiones.
En estos tiempos los colores eran medidos por pantallas "alta definición", los sonidos por sistemas "surround", el tacto por efectos en realidad virtual.
Las conexiones de la gente, con la gente era a través de un juego, una consola o computadora.
Los vínculos se gestaban entre excesos y aplicaciones del celular.
El valor de cada cual pasaba por su posesión y por la marca de lo que poseía; es decir, yo era una persona con un "BMW" año 2013 y por consumir tanto efectivo por salida.
Aquí el respeto estaba contabilizado por la cantidad de personas que lograba conquistar en el menor tiempo posible.
El amor era tan solo una fachada, falsa, desde la cual se corrompía al amor mismo, y a lo que realmente representa.
Esos tiempos de incertidumbre e ingenuidad llegaron a su apogeo y la especie humana llego a ser una especie inhumana.
La han categorizado así porque lo natural de esta especie fue corrompido y manipulado; han hecho que de la unidad se llegue a la individualidad y que de la cooperación se llegue a la competencia.
Aquellos tiempos fueron los más oscuros que esta especie humana, esta raza humana, llegó a vivir. En estos tiempos la luz se filtraba entre nubles oscuras, que estaban por sobre la cabeza de las personas, por las que no pasaba la luz divina.
Esto fue así hasta llegar al punto del exterminio; casi casi se acaba esta raza humana, casi se termina esta especie.
Aquellos tiempos fueron difíciles y tortuosos. Difícil era vivir de otro modo, ya que a uno lo señalaban desde todos lados. Tortuoso porque uno debía callar lo que provenía desde su corazón y su consciencia.
Hoy me encuentro escribiendo estas lineas, debido al cambio ocurrido.
Las masas dejaron de estar del lado de la necesidad y de la posesión. Individualmente se fue despertando, uno por uno; uno tras otro se fue compartiendo este conocimiento y se fue expandiendo.
Fueron creciendo las cantidades hasta que se llegó al punto de no-manipulable por aquellos que manipulaban.
Su mayor fuerza fue su mayor debilidad. Dividir a la unidad llevo a que las partes se volvieran a unir. Porque los extremos se tocan.
Porque separar tantos planetas y estrellas es como se creó la galaxia.
La consciencia elevo su estado y sobresalió de la pauta establecida y del patrón dictador de aquella inhumanidad.
Aquella era moderna y pos-moderna; aquel momento en el que la especie humana, la raza humana, debió tomar la decisión de quien ser, en la unidad. Concebirse uno con uno mismo y luego aceptarse iguales a los otros.
Hoy, esta historia refleja el mayor logro de esta especie; que será compartido por todas las especies y razas.
En estos tiempos los colores eran medidos por pantallas "alta definición", los sonidos por sistemas "surround", el tacto por efectos en realidad virtual.
Las conexiones de la gente, con la gente era a través de un juego, una consola o computadora.
Los vínculos se gestaban entre excesos y aplicaciones del celular.
El valor de cada cual pasaba por su posesión y por la marca de lo que poseía; es decir, yo era una persona con un "BMW" año 2013 y por consumir tanto efectivo por salida.
Aquí el respeto estaba contabilizado por la cantidad de personas que lograba conquistar en el menor tiempo posible.
El amor era tan solo una fachada, falsa, desde la cual se corrompía al amor mismo, y a lo que realmente representa.
Esos tiempos de incertidumbre e ingenuidad llegaron a su apogeo y la especie humana llego a ser una especie inhumana.
La han categorizado así porque lo natural de esta especie fue corrompido y manipulado; han hecho que de la unidad se llegue a la individualidad y que de la cooperación se llegue a la competencia.
Aquellos tiempos fueron los más oscuros que esta especie humana, esta raza humana, llegó a vivir. En estos tiempos la luz se filtraba entre nubles oscuras, que estaban por sobre la cabeza de las personas, por las que no pasaba la luz divina.
Esto fue así hasta llegar al punto del exterminio; casi casi se acaba esta raza humana, casi se termina esta especie.
Aquellos tiempos fueron difíciles y tortuosos. Difícil era vivir de otro modo, ya que a uno lo señalaban desde todos lados. Tortuoso porque uno debía callar lo que provenía desde su corazón y su consciencia.
Hoy me encuentro escribiendo estas lineas, debido al cambio ocurrido.
Las masas dejaron de estar del lado de la necesidad y de la posesión. Individualmente se fue despertando, uno por uno; uno tras otro se fue compartiendo este conocimiento y se fue expandiendo.
Fueron creciendo las cantidades hasta que se llegó al punto de no-manipulable por aquellos que manipulaban.
Su mayor fuerza fue su mayor debilidad. Dividir a la unidad llevo a que las partes se volvieran a unir. Porque los extremos se tocan.
Porque separar tantos planetas y estrellas es como se creó la galaxia.
La consciencia elevo su estado y sobresalió de la pauta establecida y del patrón dictador de aquella inhumanidad.
Aquella era moderna y pos-moderna; aquel momento en el que la especie humana, la raza humana, debió tomar la decisión de quien ser, en la unidad. Concebirse uno con uno mismo y luego aceptarse iguales a los otros.
Hoy, esta historia refleja el mayor logro de esta especie; que será compartido por todas las especies y razas.
- Por fecha 25/02/2015 -
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