Como se puede comprender que todavía no veamos con nuestros propios ojos; que dejemos a otro que vea y que diga, luego, lo que vio para que nosotros confiemos ciegamente en ellos. Y digo ciegamente porque es sin ver ni pensar; no analizamos nada ni revisamos nada de lo que nos dicen.
Como puede ser que sigamos por esta vida sin darnos cuenta de dos hechos trascendentales de esta vida; el inicio y el fin.
No existe, en esta experiencia, la eternidad. Y compramos esta idea, de mantenernos eternos, jóvenes, cirugizados y plastificados.
Compramos por no ver, compramos por no pensar. Compramos por no sentir.
Compramos alienarnos con tal de escapar a la muerte, a la perdida, a la culminación de un ciclo.
Darse cuenta de que uno tiene una vida sola, en esta vida, puede ser aterrador y puede paralizarnos; pero esto dura unos pocos segundos o minutos.
Luego de ese lapsus de pánico y estaticidad sucede algo mágico, comprendemos que esta vida es nuestra; que estamos vivos, aquí y ahora.
Ser consciente de que vamos a morir nos muestra, por reflejo, que estamos vivos. Y saber que estamos vivos nos permite tomar la decisión de vivir.
Despertar la intuición.
Sentir, pensar, hacer.
Vibrar y vivir.
Ser únicos entre tanta diversidad.
Ser lo mismo probando diversas apariencias y experiencias.
Probemos vivir un vida, despiertos... veamos que se siente.
El miedo gritará y dirá lo que deba para controlar...
Salten al vació, moverse es salir de la estaticidad que propone la muerte.
Como puede ser que sigamos por esta vida sin darnos cuenta de dos hechos trascendentales de esta vida; el inicio y el fin.
No existe, en esta experiencia, la eternidad. Y compramos esta idea, de mantenernos eternos, jóvenes, cirugizados y plastificados.
Compramos por no ver, compramos por no pensar. Compramos por no sentir.
Compramos alienarnos con tal de escapar a la muerte, a la perdida, a la culminación de un ciclo.
Darse cuenta de que uno tiene una vida sola, en esta vida, puede ser aterrador y puede paralizarnos; pero esto dura unos pocos segundos o minutos.
Luego de ese lapsus de pánico y estaticidad sucede algo mágico, comprendemos que esta vida es nuestra; que estamos vivos, aquí y ahora.
Ser consciente de que vamos a morir nos muestra, por reflejo, que estamos vivos. Y saber que estamos vivos nos permite tomar la decisión de vivir.
Despertar la intuición.
Sentir, pensar, hacer.
Vibrar y vivir.
Ser únicos entre tanta diversidad.
Ser lo mismo probando diversas apariencias y experiencias.
Probemos vivir un vida, despiertos... veamos que se siente.
El miedo gritará y dirá lo que deba para controlar...
Salten al vació, moverse es salir de la estaticidad que propone la muerte.
- Por fecha 25/03/2016 -
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