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La pulsión de la mariposa

Dijo que no iba a repetir ese error, que no iba a volver a caer en la necesidad. Que aquella persona, aquel contacto debían de ser desterrados de su mente, de su capricho y de su vida.
La distancia debía ser definitiva, debía liberarse de esa necesidad patológica. De esa adicción que antes le había parecido sana y buena.
Era el momento en que el iba a cambiar sus hábitos, modos y ritmos.
Debía de hacer la tan conocida, y poco aplicada, metamorfosis de la oruga y la mariposa. En su interior reposaba su potencial de ser mariposa, de elegir los conoces y las formas a vestir.
Dentro de él pulsaba el cambio, a la espera de que él elija su cambio.
Era momento de dejar de arrastrar tanto su cuerpo por el suelo; este era la situación de aprendizaje para desarrollar y utilizar sus alas, y volar libremente.

La adicción que lo había hecho esclavo era su miedo, su trauma y su patrón de conducta. Debía aceptar y soltar; su perdida y sus dolores. Su negación a lo que es, por tiempos que fueron mejores.
Era momento de que su presente le geste un nuevo panorama de sol, aire, color y vista. Que lo que fue puede ser amado, pero sabiendo que no está ni aquí ni ahora.

Aunque a él le doliera tanto, debía de dejar una parte de si; y el dolor era gestado por esa misma parte. Era la táctica que tantas veces había utilizado, y había funcionado; pero hoy era todo diferente. Hoy estaba la pulsión de la mariposa latiendo en él, y esa pulsión era más real que todo lo otro junto.

El ciclo virtuoso se impone amorosamente al ciclo vicioso.
Nada de menor vibración, al ser sometido a una mayor vibración puede mantener su estado.
Esto sucedió en él; y surgió su cuerpo alado. En él despertó su ser de consciencia y luz.

Como una mariposa desplegó sus alas y se elevó libremente.
Virtuoso en su proceso de aprendizaje.

- Por fecha 29/03/2015 - 

Expectativa Cero


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