Las experiencias nos atraviesan, como las emociones nos disparan.
Las elecciones no son siempre tomadas desde el consciente, más tenemos el poder para corregir lo reaccionado para elegir.
Tener consciencia de nuestra existencia es estar en el presente.
A veces "elegimos" desde nuestra negación, dolor, reacción, bloqueo o trauma, entre tantas posibilidades. Todo esto proviene del inconsciente; ese lugar que lo vemos como negro donde todo lo "malo" va a parar allí es tan solo una respuesta natural de un organismo sano y funcional.
Elegir como estar, como sentir, como ver, como hablar, como caminar, como mirar; elegir que hacer en el momento que se puede hacer algo y ese momento es el presente -que es siempre ya que siempre es presente-.
Tengo dos opciones al momento de reaccionar ante algo, por alguna situación que "superó" mi posibilidad de elección consciente.
Una es quejarme, enojarme, resignarme y castigarme.
Otra es hacer algo al respecto.
Una es la pauta establecida como acción por esta humanidad -al menos la mayoría por ahora-.
Otra es el poder de elegir mi vida y lo que en ella suceda y como transitarlo dentro mío.
La pérdida, es pérdida y seguirá siéndolo haga lo que yo haga.
Una "opción" es negarla y querer suprimirla, taparla y buscar que "objeto" ubicar para tapar el dolor que allí sucede; el cual luego termina siendo crónico y nosotros dependientes ciegos de esa necesidad.
Otra opción es saber transitar el duelo de la pérdida, sentir el dolor y sentir el amor. Tener el coraje y valor de estar en contacto con uno mismo y tomar una decisión funcional para con uno mismo.
Una no es opción, es tan solo repetición; y en la repetición no existe elección ni consciencia de que se está eligiendo ni de que se elige eso.
Una es opción, es saber y ver lo que pasa y hacer algo al respecto, tanto en el plano mental, emocional y físico.
Salir de la trampa del castigo por el error y entrar en la espiral evolutiva del amor, de la consciencia y de que el momento presente existe para que nos representemos en él.
Elección, elegirnos en la acción. Y para ello tenemos que estar presentes en el presente. Saber, tener la información y discernir entre una acción sana y una nociva. Entre la espiral virtuosa y la espiral viciosa.
Las elecciones no son siempre tomadas desde el consciente, más tenemos el poder para corregir lo reaccionado para elegir.
Tener consciencia de nuestra existencia es estar en el presente.
A veces "elegimos" desde nuestra negación, dolor, reacción, bloqueo o trauma, entre tantas posibilidades. Todo esto proviene del inconsciente; ese lugar que lo vemos como negro donde todo lo "malo" va a parar allí es tan solo una respuesta natural de un organismo sano y funcional.
Elegir como estar, como sentir, como ver, como hablar, como caminar, como mirar; elegir que hacer en el momento que se puede hacer algo y ese momento es el presente -que es siempre ya que siempre es presente-.
Tengo dos opciones al momento de reaccionar ante algo, por alguna situación que "superó" mi posibilidad de elección consciente.
Una es quejarme, enojarme, resignarme y castigarme.
Otra es hacer algo al respecto.
Una es la pauta establecida como acción por esta humanidad -al menos la mayoría por ahora-.
Otra es el poder de elegir mi vida y lo que en ella suceda y como transitarlo dentro mío.
La pérdida, es pérdida y seguirá siéndolo haga lo que yo haga.
Una "opción" es negarla y querer suprimirla, taparla y buscar que "objeto" ubicar para tapar el dolor que allí sucede; el cual luego termina siendo crónico y nosotros dependientes ciegos de esa necesidad.
Otra opción es saber transitar el duelo de la pérdida, sentir el dolor y sentir el amor. Tener el coraje y valor de estar en contacto con uno mismo y tomar una decisión funcional para con uno mismo.
Una no es opción, es tan solo repetición; y en la repetición no existe elección ni consciencia de que se está eligiendo ni de que se elige eso.
Una es opción, es saber y ver lo que pasa y hacer algo al respecto, tanto en el plano mental, emocional y físico.
Salir de la trampa del castigo por el error y entrar en la espiral evolutiva del amor, de la consciencia y de que el momento presente existe para que nos representemos en él.
Elección, elegirnos en la acción. Y para ello tenemos que estar presentes en el presente. Saber, tener la información y discernir entre una acción sana y una nociva. Entre la espiral virtuosa y la espiral viciosa.
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