Corre un niño por la calle, escapando de nadie; tan solo está jugando.
Asoma con cuidado una niña por entre la oscuridad, temiendo a nadie; tan solo está jugando.
Épocas de un pasado no tan pasado. De unos momentos no tan lejanos a nuestro tiempo actual.
Es que me freno a ver a la gente, a la mayoría de la gente, y en ellos veo la sombra del miedo, la preocupación y la inseguridad. En el mismo lugar donde antes estaba el destello de la risa, de las ganas, del coraje y el valor.
Y hasta que punto todo es como es y no como elijo que sea; hasta que punto puedo ser aquel desconocido al que no se le temía, o el hombre que hace un acto de bien y luego desaparece entre las calles de una ciudad sobre poblada de prejuicios.
Y hasta que punto yo elijo lo que vivo, pensando que elijo algo más "mejor" y que termino absorbido por aquello elegido. Tener un auto, una moto, una casa; y hoy han pasado a tenernos a nosotros, es por ello que estamos dispuestos a dar lo que nos pidan.
Y hasta que punto mi sonrisa es manchada con pinceladas de mi sangre, sudor y lágrimas.
Todo esto es hasta el punto que uno lo decida. Puede ser punto y coma, punto seguido, punto aparte o punto final.
Puede uno darle la continuidad con algún justificativo.
Puede uno darle el cambio hacia otra continuidad, desde otra perspectiva.
Puede uno darle un tiempo, espacio y distancia y luego volver a recaer en ello por la necesidad y la carencia.
Como también puede uno utilizar el punto final. Aquel punto que define el cambio. Aquel punto que da un cierre de ciclo y abre un nuevo cuento a escribir y contar.
Y este punto no es rechazando, deformando o hasta ocultando lo pasado. Este punto va más allá de todo eso.
Este punto es el de inflexión y expresión de un cambio que ha llegado para escribir en uno una nueva historia.
Cada punto se elije y no se es juzgado. Cada quien puede elegir, en relación a su proceso, como puntuar este momento en su vida.
Y este, en este momento, es mi punto.
Asoma con cuidado una niña por entre la oscuridad, temiendo a nadie; tan solo está jugando.
Épocas de un pasado no tan pasado. De unos momentos no tan lejanos a nuestro tiempo actual.
Es que me freno a ver a la gente, a la mayoría de la gente, y en ellos veo la sombra del miedo, la preocupación y la inseguridad. En el mismo lugar donde antes estaba el destello de la risa, de las ganas, del coraje y el valor.
Y hasta que punto todo es como es y no como elijo que sea; hasta que punto puedo ser aquel desconocido al que no se le temía, o el hombre que hace un acto de bien y luego desaparece entre las calles de una ciudad sobre poblada de prejuicios.
Y hasta que punto yo elijo lo que vivo, pensando que elijo algo más "mejor" y que termino absorbido por aquello elegido. Tener un auto, una moto, una casa; y hoy han pasado a tenernos a nosotros, es por ello que estamos dispuestos a dar lo que nos pidan.
Y hasta que punto mi sonrisa es manchada con pinceladas de mi sangre, sudor y lágrimas.
Todo esto es hasta el punto que uno lo decida. Puede ser punto y coma, punto seguido, punto aparte o punto final.
Puede uno darle la continuidad con algún justificativo.
Puede uno darle el cambio hacia otra continuidad, desde otra perspectiva.
Puede uno darle un tiempo, espacio y distancia y luego volver a recaer en ello por la necesidad y la carencia.
Como también puede uno utilizar el punto final. Aquel punto que define el cambio. Aquel punto que da un cierre de ciclo y abre un nuevo cuento a escribir y contar.
Y este punto no es rechazando, deformando o hasta ocultando lo pasado. Este punto va más allá de todo eso.
Este punto es el de inflexión y expresión de un cambio que ha llegado para escribir en uno una nueva historia.
Cada punto se elije y no se es juzgado. Cada quien puede elegir, en relación a su proceso, como puntuar este momento en su vida.
Y este, en este momento, es mi punto.
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