Creyó lo que le dijeron que creyera; y eso fue su mundo. Delegó su poder de creación a quien le diagramó su mundo.
Por consiguiente, su mundo no era el suyo sino el que le habían construido.
Pero él no tenía problema en ello, porque en él se encontraba seguro y feliz. Se podía realizar y llegar a sus necesidades y satisfacerlas.
Y luego, muchos mundos iguales se juntaron para construir una comunidad, luego una sociedad para llegar hasta una humanidad igual.
En ella todos se manejaban con las misma creencias, creyendo que eran suyas.
Lo que no pudieron controlar, aquellos creadores de creencias, es erradicar a quien no quiera creer y que en su lugar elija confirmar, comprobar y experienciar. Es decir, quien elija vivir su vida.
De ellos pasó a ser su vida.
En tanto tanto fueron dejando de creer, fueron abandonando ese lugar de "confort" y "seguridad", fueron confirmando su vida, fueron encarnando la responsabilidad de las propias acciones y eligiendo el estado a sintonizar mientras hacen cualquier cosa que hagan.
Y allí existió la posibilidad del "despertar"; y esta posibilidad está latente a nuestra elección. A nuestro creer o nuestro confirmar.
La creencia aplaca el deseo de conocer, aprehender y confirmar.
Mientras ello se aplaque, seguiremos dormidos.
Escucha, allí, cerca tuyo.
Allí está sonando el despertador.
Escuchémoslo, confirmemos nuestra propia vida.
Por consiguiente, su mundo no era el suyo sino el que le habían construido.
Pero él no tenía problema en ello, porque en él se encontraba seguro y feliz. Se podía realizar y llegar a sus necesidades y satisfacerlas.
Y luego, muchos mundos iguales se juntaron para construir una comunidad, luego una sociedad para llegar hasta una humanidad igual.
En ella todos se manejaban con las misma creencias, creyendo que eran suyas.
Lo que no pudieron controlar, aquellos creadores de creencias, es erradicar a quien no quiera creer y que en su lugar elija confirmar, comprobar y experienciar. Es decir, quien elija vivir su vida.
De ellos pasó a ser su vida.
En tanto tanto fueron dejando de creer, fueron abandonando ese lugar de "confort" y "seguridad", fueron confirmando su vida, fueron encarnando la responsabilidad de las propias acciones y eligiendo el estado a sintonizar mientras hacen cualquier cosa que hagan.
Y allí existió la posibilidad del "despertar"; y esta posibilidad está latente a nuestra elección. A nuestro creer o nuestro confirmar.
La creencia aplaca el deseo de conocer, aprehender y confirmar.
Mientras ello se aplaque, seguiremos dormidos.
Escucha, allí, cerca tuyo.
Allí está sonando el despertador.
Escuchémoslo, confirmemos nuestra propia vida.
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