Simbólicamente voy a decir que la libertad aguarda al perdón.
Que lo aguarda hasta que este llegue y nutra a las alas de la libertad.
El perdón es el acto de quitar el lastre que me retiene a mi culpa, mi castigo y me imposibilita a vivir mi vida.
El perdón nutre la posibilidad de crecer, soltar, madurar y darme una respuesta.
La libertad son las alas abiertas. Es el poder volar, estar por sobre los problemas y poder hacer cosas positivas, creativas en mi vida, para mi y para todos y todo.
La libertad es otra virtud maestra; es aquello a lo que aspiramos y que no llegaremos. Y está bien que así sea ya que en este plano de aprendizaje ella está para mantenernos con nuestra mirada en alto, nuestros pulmones llenos y nuestra voluntad despierta.
Libertad proviene de libre, que es crecer. Es por ello que libertad para mi es la disponibilidad que me doy de crecer.
Las alas crecen en mi, la libertad crece en mi, me despega de mis cargas emocionales y mueve mis estructuras mentales.
El pensamiento está relacionado con el aire y las alas pueden moverse a través del aire, participando con él, jugando en él. Es decir que la libertad nos permite elegir nuevos pensamientos, darle nueva creación a mi modelo de pensar.
Es primordial no forzar el perdón; el no hacerlo honesto y sentido. El que no sea real hace que utilice mi libertad sin despegarme de mi dolor, de mi trauma; no avanzo en mi duelo.
Simbólicamente lo que hago es estar aferrado a algo y negar ese echo mientras bato mis alas fuertemente para ascender hacia las nubes. Busco ir hacia nuevas ideas, nuevas posibilidades de formas.
Mientras hago esto estoy levantando polvo, llenando mis ojos de tierra y aspirando suciedad.
Mientras hago esto estoy confundiendo mi mente, mi corazón, mis actos y negando lo que me sucede.
Aquí no busco elevarme, sino escapar. Y uno nunca escapa de lo que niega y teme.
La libertad nutre nuestra vida, Nos permite elegir una nueva perspectiva de vincularnos con las cosas.
Desapegado de algo, puedo verlo sin mi carga mental y emocional; puedo verlo simplemente por lo que es y ello me permite aprender a manejarme mejor, a conectarme mejor con las cosas y las personas.
Desapegarme de mis cargas me permite conectarme mejor conmigo mismo. Me da la posibilidad de dialogar con las partes que hay dentro mío para recibirlas y aceptarlas.
La libertad viene luego de que he llegado a perdonarme, honestamente con el corazón puro.
Como verán, la libertad es algo abstracto y real.
Estamos libres a condición de que nos aceptemos libres y para ello tenemos que aceptarnos a nosotros.
Darnos el perdón de aquel dolor. Darnos el dolor de aquel nombre negado (vacío).
Darnos la libertad de poder ser en el hacer, sin condicionarnos ni castigarnos. Sin mutilar nuestras alas.
La libertad es la disponibilidad de ser libre y ser libre es crecer.
Madurar y permitirnos que de nuestra persona crezca una nueva, sana y amorosa posibilidad de existir.
Que lo aguarda hasta que este llegue y nutra a las alas de la libertad.
El perdón es el acto de quitar el lastre que me retiene a mi culpa, mi castigo y me imposibilita a vivir mi vida.
El perdón nutre la posibilidad de crecer, soltar, madurar y darme una respuesta.
La libertad son las alas abiertas. Es el poder volar, estar por sobre los problemas y poder hacer cosas positivas, creativas en mi vida, para mi y para todos y todo.
La libertad es otra virtud maestra; es aquello a lo que aspiramos y que no llegaremos. Y está bien que así sea ya que en este plano de aprendizaje ella está para mantenernos con nuestra mirada en alto, nuestros pulmones llenos y nuestra voluntad despierta.
Libertad proviene de libre, que es crecer. Es por ello que libertad para mi es la disponibilidad que me doy de crecer.
Las alas crecen en mi, la libertad crece en mi, me despega de mis cargas emocionales y mueve mis estructuras mentales.
El pensamiento está relacionado con el aire y las alas pueden moverse a través del aire, participando con él, jugando en él. Es decir que la libertad nos permite elegir nuevos pensamientos, darle nueva creación a mi modelo de pensar.
Es primordial no forzar el perdón; el no hacerlo honesto y sentido. El que no sea real hace que utilice mi libertad sin despegarme de mi dolor, de mi trauma; no avanzo en mi duelo.
Simbólicamente lo que hago es estar aferrado a algo y negar ese echo mientras bato mis alas fuertemente para ascender hacia las nubes. Busco ir hacia nuevas ideas, nuevas posibilidades de formas.
Mientras hago esto estoy levantando polvo, llenando mis ojos de tierra y aspirando suciedad.
Mientras hago esto estoy confundiendo mi mente, mi corazón, mis actos y negando lo que me sucede.
Aquí no busco elevarme, sino escapar. Y uno nunca escapa de lo que niega y teme.
La libertad nutre nuestra vida, Nos permite elegir una nueva perspectiva de vincularnos con las cosas.
Desapegado de algo, puedo verlo sin mi carga mental y emocional; puedo verlo simplemente por lo que es y ello me permite aprender a manejarme mejor, a conectarme mejor con las cosas y las personas.
Desapegarme de mis cargas me permite conectarme mejor conmigo mismo. Me da la posibilidad de dialogar con las partes que hay dentro mío para recibirlas y aceptarlas.
La libertad viene luego de que he llegado a perdonarme, honestamente con el corazón puro.
Como verán, la libertad es algo abstracto y real.
Estamos libres a condición de que nos aceptemos libres y para ello tenemos que aceptarnos a nosotros.
Darnos el perdón de aquel dolor. Darnos el dolor de aquel nombre negado (vacío).
Darnos la libertad de poder ser en el hacer, sin condicionarnos ni castigarnos. Sin mutilar nuestras alas.
La libertad es la disponibilidad de ser libre y ser libre es crecer.
Madurar y permitirnos que de nuestra persona crezca una nueva, sana y amorosa posibilidad de existir.
Comentarios