Ir al contenido principal

Perdón

Ya he escrito respecto al vacío y al dolor.
He explicado un poco de ese vacío que es irreal, que es el espejismo que creamos para no ver, para negar. Ese vacío es, en si mismo, la negación de algo; y al ver ese algo, le damos nombre y nos permitimos avanzar en un proceso de sanación, de amor.
También he comentado bastante sobre el dolor. Que es algo a lo que negamos, rechazamos y huimos. Algo a lo que tememos porque nos enseñaron que el dolor es malo, que hay que taparlo y dibujar siempre una cara contenta aunque nuestro corazón este triste. Y creo que el dolor es parte de este proceso de sanación, de amor, el cual nos permite ver lo que sucede dentro nuestro; ver y sentir. Sentirnos a nosotros es lo menos aplicado, lo menos interesante y lo más rechazado, porque sentirme significa que me duele y eso es justamente lo que no quiero sentir.

El vacío da paso al nombre, a descubrir un trauma y darle tangibilidad para poder verlo.
El dolor da paso a un proceso de duelo, de ver lo que hay realmente dentro de uno para poder ir sanando aquello que duele; para poder ir conociendo mis partes y acompañar al proceso de duelo hacia un estadio, una vibración, de amor.

Continuando este proceso de sanación nos vamos a ir encontrando con el perdón. Esta palabra que tenemos como santa, como bendita; palabra que nos libera de todo y nos exime de todo.

Pues el perdón no es mucho de ello; el perdón es un acto de amor y liberación. Es permitirme soltar la carga.
El perdón no proviene de afuera ni podemos darlo afuera. El afuera es el reflejo del adentro, es decir que primero hay que perdonarse uno o perdonar a un otro dentro de uno mismo. Medio rebuscado pareciera, y no es así.

Perdonarme es quitar ese castigo que cargo por haber hecho algo, dicho algo o por no haber hecho o dicho algo. Perdonarme es darme el permiso de liberarme de mi castigo.
El perdón debe ser sentido, puesto que sino no tiene un efecto real. Utilizarlo vanalmente es como un placebo hacia mi mismo, para dormirme o adularme.

Primero está el acto amoroso de perdonarme por mi pasado. Perdonarme por como me comporte y como me lastimé o lastimé a un otro. Este acto debe ser sentido, real. Debe nacer desde nuestro corazón y él debe venir el soltar un castigo, una culpa.
Está el acto de perdonar a un otro. Y perdonar a un otro no es decirle "te perdono"; eso es tan solo usar dos palabras y negarme una respuesta dentro. Para ello, primero debo perdonar el dolor que tengo por lo que hizo, debo soltar la carga, el castigo, el resentimiento que siento por la otra persona para poder sentir ese perdón. Y luego puedo, o no, decirlo; ya es totalmente irrelevante puesto que nuestros actos serían sin carga y sin tensión, serían naturales y sinceros.

El poder decirme esta palabra por mi pasado, da una bocanada de aire a mis pulmones, una liviandad a mi cuerpo, renueva la sangre en mi cuerpo... da unos minutos más de vida a mi vida.
Tu pasado ya no existe, tu castigo es injusto, tu remordimiento, resentimiento y rencor es alienante. Siendo honesto, trabajar el soltar todo esto para poder avanzar en mi vida, en mi proceso.
El soltar y el perdón están unidos.

Este acto, de perdonarme o perdonar a un otro, llega sin que lo forcemos. Es como la flor al florecer, sucede natural y amorosamente; es un acto divino y enriquece a uno y a todos y todo.

Este acto nos permite avanzar en el proceso de sanación.
Darle entidad a lo que está allí negado, saber que ello está y existe dentro de uno, darnos la posibilidad de perdonarnos y perdonar para asistir a ese duelo del dolor.

El perdón, un acto muy mal aplicado que puede prepararnos para sentir nuestras alas de libertad.

Perdonar, etimológicamente es darnos/dar el regalo.
¿Bastante intenso es esto, no?... o al menos lo siento así.

Darme el regalo... y que regalo es?; pues yo siento que es este regalo que dije arriba, el de comenzar a sentir mi libertad.
El regalo o el presente; y presente es vivir mi propia vida sin quedarme atado a mi pasado ni pendiendo de mi futuro.

Regalarme mi vida, regalarme la posibilidad de vivir mi vida.

Perdonarte, perdonarme, perdonarnos.
Perdonar.

Expectativa Cero


Comentarios

Entradas más populares de este blog

FRASES XXXXXVI

Calla mi cabeza y escucho el latir de mi corazón. Siento la inhalación y exhalación. Soy parte de este mundo, de la realidad, y no de las ideas - Cuantas veces he sido prisionero de mis ideas; y yo que pensaba que me estaban dando concejos - Estático como poste, sin poder mover ni un musculo. Aparentando que estoy sano y que sirvo. He olvidado que era naturaleza; como el poste, que antes era árbol - Por fecha 14/09/2014 -  Expectativa Cero

Mejor es

Queriendo estar seguro, me encierro en mi "casa" y miro la inseguridad, a través de mi "ventana", a todo lo que por fuera pasa. Encerrado dentro de mi "casa" temo por mi seguridad. La inseguridad y la seguridad se unen por opuestos; se unen porque dentro mío está el mismo sentimiento de miedo. Ese modo de ver, pensar y sentir la vida en el que todo es peligroso para mi. Así me encierro y me aíslo; así me pongo agresivo y agravio. Así temo y ataco; así no-vivo y muero. Estar encerrado, cuidándome, es estar estático; sin movimiento. La vida tiene por premisa el cambio y el movimiento. Es por ello que cada vez que me encuentro mirando a través de aquella "ventana", me detengo y corrijo. Veo que estoy eligiendo y donde estoy habitando; si mi vida o mi muerte. Mejor estar andando, haciendo y tomando riesgos que estar aislado, estático y con miedo. Mejor es vivir y no estar muerto en vida. Expectativa Cero

Historia verídica

Tenía pocas monedas y las gasto en vino y comida. Tenía pocas poseciones y lo poco que llevaba era lo que le daba calor y cuidado. Tenía poco tiempo de estar en aquel lugar y solo se sentó y relajo. Pareciera que era el fin de sus momentos o que tan solo vivía abandonado de si mismo. Tenía una sonrisa en su cara y esta brillaba por todo su cuerpo. Tenía un solo cuerpo y este era su templo más divino. Tenía calma en su respirar y esta era el motor con cual el corazón latía y vivía. Parecia que se encontraba en un letargo al cual había llegado por estar ausente de si mismo. Y él pensaba, mientras todos lo miraban. Habito mi vida y elijo que crear con ella. Habito mi propio espacio y por ello no ando corriendo de lugar en lugar. Existo en el aqui y ahora y este es mi mejor lugar y con ello me basta para sentirme en gloria. Inhalaba y exhalaba a cada voluntad de su cuerpo y ello era la mismisima confirmación de su existencia. Y el pensaba, mientras todos corrian ¿Que di...